Un día como hoy, hace 40 años, los andes fueron testigos de la más terrible masacre perpetrada por el ejército peruano contra indefensos campesinos. Eran tiempos en los que Sendero Luminoso sembraba el terror.
En la reciente ceremonia de promulgación de la Ley de Amnistía, estuvo presente un congresista que apoyó con entusiasmo esta cuestionada norma: José Williams Zapata. Lo que pocos recuerdan es que este ex militar también estuvo comprometido en la masacre de Accomarca.
Y esta es la historia de terror. Aquel lejano agosto, 18 militares peruanos, encabezados por el entonces teniente del ejército Telmo Hurtado –apodado “El carnicero de los Andes”–, habían llegado a la comunidad campesina de Accomarca (Ayacucho) en busca de miembros del grupo terrorista Sendero Luminoso.
La llamada patrulla Lince 7 estaba llevando a cabo el “Plan Huancayok”. Tenían órdenes de “capturar y/o destruir a los elementos terroristas existentes en la quebrada” con ese mismo nombre.
Cuando llegaron a Accomarca, los militares sacaron uno por uno a los pobladores de sus viviendas. Separaron a las mujeres y niños de los hombres y los ancianos, y los encerraron en tres casas. Acto seguido, les dispararon, les lanzaron granadas y prendieron fuego al lugar, carbonizando los restos. La comunidad fue,prácticamente, borrada del mapa del Perú.
«¿Cómo es posible que un militar entrenado y armado mate a campesinos quechuahablantes? ¿Cómo un niño de 3 meses de nacido sería terrorista? Este dolor no sale de mi corazón».
Según señaló años después la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, “no se encontraron armas, municiones, explosivos o propaganda de Sendero Luminoso”. Los muertos fueron 61, según cifras oficiales, 23 de ellos niños. Los familiares sostienen que fueron 71, pero al quedar los restos carbonizados esto no se pudo verificar con muestras de ADN. 189 niños quedaron huérfanos.
31 años después, la Sala Penal Nacional sostuvo que este acto de terrorismo significó “un profundo desprecio por la vida”, “una grave violación de los derechos humanos, compatible con el delito de lesa humanidad”.
Celestino Baldeon, presidente de la Asociación de Familiares Afectados por la Violencia Política del distrito de Accomarca (AFAVPDA), se preguntaba en el 2021: “¿Cómo es posible que un militar entrenado y armado mate a campesinos quechuahablantes? ¿Cómo un niño de 3 meses de nacido sería terrorista? Este dolor no sale de mi corazón”.

El ex militar y hoy congresista pro amnistía
José Williams Zapata es un congresista de Avanza País fue un entusiasta defensor de la ley de amnistía a policías y militares implicados en violaciones de derechos humanos. Estuvo en la ceremonia de promulgación que convocó la presidenta Dina Boluarte.
Lo que pocos conocen es que Williams Zapata forma parte de la negra historia de Accomarca. La situación es así:
El Ejército concluyó que una “escuela popular” de Sendero Luminoso, dedicada a adoctrinar y entrenar militarmente a sus miembros, funcionaba cerca a la Quebrada de Huancayoc, en el distrito de Accomarca. Entonces, el general de Brigada EP Wilfredo Mori Orzo ordenó elaborar una estrategia de ataque.
Así nació el «Plan de operaciones Huancayoc», elaborado por el teniente coronel de Infantería Carlos Delgado Medina. Ese plan fue expuesto ante el jefe de la base de Contraguerrillas de Vilcashuamán, Helber Gálvez Fernández; el Mayor de Infantería y jefe de la Compañía de élite Lince, José Williams Zapata; el teniente de Artillería Juan Manuel Rivera Rondón, y el subteniente Telmo Hurtado Hurtado. Se designó a 4 patrullas. José Williams Zapata era el superior de dos patrullas incluidas en el plan.

En 2012, el ex jefe de la Compañía Lince 7, Telmo Hurtado, dijo ante los tribunales que uno de los participantes de la reunión preguntó si debería considerarse terrorista a cualquier poblador que encuentren en la Quebrada de Huancayoc. El jefe de la base de Contraguerrillas de Vilcashuamán Helber Gálvez habría dicho que sí.
Hurtado también confesó que entre marzo y abril de 1985, meses antes de la elaboración del plan Huancayoc, José Williams Zapata habría ordenado no “dar cuenta por escrito de las bajas terroristas en toda operación militar, sino de forma verbal” para “evitar denuncias de los familiares de las víctimas, tal como venía ocurriendo en Argentina, luego de la dictadura militar”.
Carlos Rivera Paz, abogado que patrocinó a las víctimas de Accomarca, sostiene que la confesión de Telmo Hurtado contra Williams Zapata sugiere el presunto delito de encubrimiento. “Eso no lo vincula directamente con la orden del asesinato, pero sí lo vincularía con el ocultamiento de la masacre, con el delito de encubrimiento”, explicó Rivera.
“Lamentablemente, en 2005, cuando se reinicia el juicio, esa parte de la historia no se conocía. Eso se conoce cuando Telmo Hurtado declara en 2012 y ya el juicio había avanzado y las imputaciones estaban planteadas. Durante el juicio ya no se podían plantear nuevas acusaciones y no había entonces una acusación por encubrimiento del crimen”, agregó el abogado del IDL.
En setiembre de 2016 el Poder Judicial absolvió a Williams Zapata del caso Accomarca por falta de pruebas que demuestren su autoría mediata en las ejecuciones extrajudiciales.





