Escribe: Eduardo Zafra
Lunes, 17 de noviembre del 2024. 11 de la mañana. Listher Joel Hernández Rojas y Jhonatan Efraín Polo Luján, de 33 y 18 años respectivamente, descansaban en el cuarto que habían alquilado juntos en Vijus, en la provincia de Pataz, cerca al río Marañón. Habían llegado desde Trujillo en busca de trabajo hasta la zona minera más peligrosa de La Libertad, cuando ocho personas vestidas de negro y portando armas de guerra interrumpieron la calma de la habitación. Los despojaron de sus documentos, del dinero en efectivo que traían en sus billeteras y de sus celulares. No podían ver a los hombres que habían entrado, pero sí lograron escuchar un nombre: Luis Cueva.
Son forzados a identificarse y los arrastran hasta la calle, donde una camioneta Toyota Fortuner negra con lunas polarizadas los espera. Los obligan a subir y son transportados hasta una casa verde con puertas y ventanas pintadas de negro. Reconocen la casa: el local pertenece a las rondas campesinas de Vijus. Los fuerzan a subir al segundo piso, donde son maniatados por sus captores y llevados a un cuarto que más bien funciona como celda.
Ahí encuentran a 3 personas más, pero no las reconocen. Se trata de Noé Diomedes Lezama Ríos, Jesús Alexander Vera García y Gerardo Jesús Santiago Calvo, de 25, 22 y 30 años, respectivamente, que fueron capturados esa misma mañana cuando se encontraban paseando por las calles de Vijus, donde dos camionetas negras les cerraron el paso bajando ocho hombres con armas largas e identificándose como parte de la ronda campesina de Vijus. Uno de estos hombres, además, se identificó como Luis Cueva Rojas, presidente de la ronda campesina, quien les pidió que los acompañaran al local de la ronda para ser intervenidos, sin saber que en realidad estaban siendo secuestrados.
Los captores, armados con vinzas y a puño limpio torturan a todos los detenidos intentando averiguar su procedencia y el motivo por el que se encuentran en Pataz. Los 5 detenidos se defienden, intentan explicar su procedencia y el motivo por el que habían llegado a Pataz, pero es inútil, los captores no quieren escuchar y la tortura se prolonga por 3 horas, hasta las 5 de la tarde, aproximadamente, cuando finalmente se cansan de golpearlos. «Vístanse», grita uno de los captores y les entrega a todos un chaleco marrón. Son desatados y obligados a volver a subir a la camioneta negra que había estacionado al frente del local.
Los trasladarían hasta el anexo Chagual, donde serían entregados a otra ronda campesina. Sin embargo, a mitad de camino, a las orillas del rio Marañón, son nuevamente obligados a bajar. Vuelven a ver el rostro de Luis Cueva Rojas, quien ordena a sus subordinados atar de pies y manos con alambres de construcción a todos los detenidos y encadenarlos. Los 5, atados con alambres y cadenas, son obligados a descender hasta el río Marañón, donde, por el peso de las cadenas, se hunden. «Mátalos a esos conchasusmadres», escuchan gritar a quien se supone era Luis Cueva. Los subordinados obedecen y disparan al río.
Jhonatan Efraín Polo Luján y Noé Diomedes Lezama Ríos luchan y forcejean, logrando desatarse de los alambres y escapando de sus captores por el río. Tras dos horas en el lugar, los secuestradores proceden a retirarse, sin sospechar de la fuga de los dos detenidos, quienes, por sus propios medios, logran llegar hasta el anexo Chagual, desde donde, toman un carro para regresar a Trujillo.

Fue ahí cuando acuden a la comisaría de San Andrés, Divincri, para presentar la denuncia correspondiente. El relato de estos hechos llega hasta la abogada Liliana Pizán Chirado. Ella tomó el caso y comenzó la defensa legal de las familias de los asesinados y de los sobrevivientes, denunciando directamente a Luis Cueva Rojas como el autor de los hechos, llegando incluso a realizar una marcha junto a los familiares de las víctimas para exigir justicia en la Plaza de Armas de Trujillo.
En declaraciones para los medios de comunicación, la abogada relató que había llegado hasta Vijus en Pataz, donde pudo constatar el levantamiento de los 3 cadáveres que habían permanecido en el río Marañón. El acta de intervención a la que Conexión Norte pudo acceder revela que los 3 cuerpos, pertenecientes a Jesús Alexander Vera García, Listher Joel Hernández Rojas y Gerardo Jesús Santiago Calvo fueron encontrados en estado de descomposición y con alambres de construcción atando sus pies y manos. Los fallecidos fueron identificados por la División de Medicina Legal del Ministerio Público y reconocidos por sus familiares.
La defensa de Luis Cueva
El Ministerio Público, sin embargo, además de recoger la versión de los sobrevivientes, citó a Luis Cueva Rojas para tomar su declaración. En ella, Cueva Rojas manifiesta desconocer a los sobrevivientes y afirma no estar involucrado en el caso. No obstante, ante las preguntas de la fiscalía, reconoce un nombre: «Cuchillo».
Según las declaraciones de Cueva Rojas, Miguel Díaz Rodríguez, alias «Cuchillo» venía extorsionándolo por 5 millones de soles. El objetivo, según Cueva Rojas, es quitarlo del cargo de presidente de la ronda campesina, así como quitarle una concesión minera de la cual Cueva Rojas es dueño.
En el pasado, Miguel Díaz Rodríguez ya había atentado contra la vida de 3 familiares de Cueva Rojas: Loyer Cueva Hernández, Fidel Cueva Varas y Richard Cueva Hernández, quienes también habían ocupado cargos de dirigentes ronderiles en sus respectivas localidades. Como prueba de las extorsiones que Luis Cueva venía sufriendo, presentó ante el Ministerio Público chats de Whatsapp que fueron publicados por Conexión Norte en el programa «Al Quinto Piso». En estos, presuntamente «Cuchillo» pide dinero a Cueva Rojas para no atentar contra su vida ni de la de su familia. Además, en esas mismas capturas de pantalla, se puede leer que Miguel Rodríguez asegura que «los mineros ya han pedido su cabeza».

Otra prueba mostrada por la defensa de Luis Cueva, es que en noviembre del 2024, la ronda campesina realizó la intervención de una camioneta que circulaba por Vijus sin placa de rodaje realizando un presunto «reglaje» al presidente de la ronda y su familia. Al ser llevado al local de la ronda campesina e intervenir su celular, se encontraron fotografías de un seguimiento a la familia de Luis Cueva. El sujeto, identificado como Rolando Marino Meza Herrera, indicó que había recibido una suma de 1500 soles por parte de Jesús Liñan Pimental, quien según las declaraciones de Cueva Rojas, se trataría de un allegado a Cuchillo.
Conexión Norte pudo corroborar que Delker Jesús Liñan Pimentel fue detenido en enero del 2025 por estar implicado en un hecho extorsivo en agraviado de un poblador de Huarachuco. Liñan Pimentel fue puesto a disposición de la Fiscalía de Marañón. En tanto, Meza Herrera fue puesto a disposición de su padre, quien también es líder de una ronda campesina y amigo de Luis Cueva, Aquilino Meza Valdiviezo. El hecho no pasó a mayores.
Cabe resaltar que, como este medio informó, Luis Cueva Rojas, al igual que su hermano,
Segundo Cueva Rojas, dueño de Libmar y R&R, ambas empresas involucradas en la masacre de los 13 trabajadores dentro de un socavón minero en Pataz, también es un fructífero empresario dedicado a, según SUNAT, la extracción de minerales metalíferos no ferrosos, transporte de carga por carretera y actividades de seguridad privada. Sin embargo, a pesar de figurar en SUNAT y de dedicarse a tantos rubros empresariales, no cuenta con un nombre comercial ni con domicilio fiscal. Además, también es importante resaltar que anteriormente tanto Luis Cueva Rojas y Segundo Cueva Rojas fueron señalados como los dueños de R&R, empresa de seguridad que había contratado a los 13 trabajadores asesinados en Pataz.

Este caso, suscitado en el 2024, vuelve a tomar relevancia al conocerse que la abogada defensora de las familias de las víctimas, Liliana Pizán Paredes, es sindicada como la abogada en las sombras y la presunta pareja de Miguel Rodríguez Díaz, alias “Cuchillo”. Así mismo, el programa periodístico Cuarto Poder reveló que Pizán mantenía al tanto a “Cuchillo” sobre este caso e incluso le había llegado a alcanzar las declaraciones de Luis Cueva Rojas antes de que ambos sean detenidos y puestos en prisión preventiva.





