José Miguel Castro, mejor conocido por la gente de Odebrecht como ‘Budián’, fue encontrado muerto por su padre, el ex legislador Julio Castro Gómez.
El ex gerente municipal de Lima estaba en proceso para acogerse a la figura de colaborador eficaz en el caso de aportes ilegales por parte de las empresas brasileñas Odebrecht y OAS a la campaña municipal de Susana Villarán. Todo estaba listo para que dé su testimonio el 23 de septiembre de este año.
Se sabe que su esposa Paula Maguiña llegó a su casa a las tres de la mañana del domingo 29 de junio, pero no encontró a José Miguel. Ella pensó que había salido a buscar al hijo mayor, y decidió meterse en la cama. Al despertar, a las 10 de la mañana, tampoco lo encontró a su lado. Decidió ir al baño para ducharse. Cuando estaba en camino, escuchó el grito de su suegro, Julio Castro Gómez, dueño de la casa.

Paula corrió hacia el baño creyendo que el afectado era Julio Castro Gómez, pero cuando llegó encontró el cuerpo de José Miguel boca arriba, vestido con un buzo guinda, rodeado de sangre y con un corte en el cuello de lado a lado. También había un cuchillo de cocina y otro más pequeño para rebanar pan.
Algunos testigos aseguran que en las últimas horas, José Miguel no dio muestras de comportamiento extraño, y no había expresado alguna molestia, angustia o perturbación en particular. Tampoco había manifestado preocupación por alguna amenaza, seguimiento o llamadas sospechosas.
el viernes pasado había asistido a la Fiscalía y, según testigos, estaba bastante alterado porque no lograba tener una colaboración eficaz.
No era colaborador eficaz
José Miguel Castro solicitó acogerse a la colaboración eficaz sobre casos de corrupción durante la gestión de la alcaldesa Susana Villarán, en relación al pago de sobornos por parte de las constructoras brasileñas Odebrecht y OAS.
La periodista y abogada Rosa María Palacios informó que desde el 2019 venía intentando, “desesperadamente”, ser colaborador eficaz para que lo sacaran del proceso, pero no cumplía con las condiciones. “Porque una de las condiciones más importantes, además de ofrecer información útil, nueva para el proceso, es confesar el crimen, aceptar la resolución judicial que te impone una pena, suspendida, y aceptar el pago de la reparación civil. No era colaborador eficaz, estaba imputado en el proceso de juicio oral que se inicia en setiembre”, sostiene la periodista. También afirma que el viernes pasado había asistido a la Fiscalía y, según testigos, estaba bastante alterado porque no lograba tener una colaboración eficaz, y le insistían que tenía que reconocer su culpabilidad.
“Esperábamos su valioso aporte que él podría haber brindado en el juzgamiento que se iba a iniciar este 23 de setiembre en contra de la exalcaldesa Susana Villarán y otros acusados. Él era uno de los acusados, pero se estaba sometiendo a la acción de la justicia y estábamos con la expectativa de que él pudiera brindar el testimonio de los hechos”, dijo el fiscal José Domingo Pérez.
Pérez aseguró que las declaraciones del fallecido sí podrían ser usadas en el juicio oral contra Susana Villarán. En esa línea, el penalista Vladimir Padilla dijo a un medio nacional que “la propia ley establece que si una persona fallece antes de llegar a juicio, se lee su declaración. Esa regla está cantada. No es que lo que dijo él ya no se valora”.
Andy Carrión, también penalista, precisó que la colaboración eficaz del fallecido se archivará, pero que quedarán las declaraciones que brindó como testigo y luego como imputado ante la Fiscalía.





