Escribe: Lucho Caro
Trujillo sigue desangrándose. ¿Y qué hacen al respecto quienes deberían velar por nuestra seguridad? Nada, como siempre. Se llenan la boca con conferencias de prensa para mostrar cifras inciertas sobre la disminución del índice de delincuencia en la ciudad.
César Acuña, nuestro gobernador regional y líder de Alianza para el Progreso, no perdió tiempo y en conferencia de prensa, junto al ministro del Interior, Carlos Malaver, sostuvo que es necesario aplicar el artículo 137 de la Constitución Política del Perú y declarar a Trujillo en estado de sitio. Según él, esto era “lo que había que hacer” porque “hay que prevenir”, como si no hubiera estado en el poder durante años mientras la situación se deterioraba.
¿Dónde quedó mi Trujillo bonito, donde nací y crecí? La ciudad de la eterna primavera, famosa por su shambar de los lunes y sus casonas coloniales, ha visto cómo sus plazas se han convertido en desiertos; ya no se ven turistas extranjeros, porque temen llegar a una ciudad donde la delincuencia ha establecido su hegemonía.
Y como si esto no fuera suficiente, el congresista Diego Bazán también se unió al coro de «críticas», añadiendo en un video en sus redes sociales que «Trujillo está hecho una mierda».
El artículo 137 faculta al presidente de la República a declarar estados de excepción, pero, ¿realmente necesitamos un estado de sitio para enfrentar una crisis que ya nos consume? Acuña lleva años en el poder y sus logros son tan escasos como un día sin noticias de violencia en Trujillo. La seguridad no es un lujo; es un derecho fundamental que este gobierno ha fallado en garantizar.
Y como si esto no fuera suficiente, el congresista Diego Bazán también se unió al coro de «críticas», añadiendo en un video en sus redes sociales que «Trujillo está hecho una mierda». ¡Bravo por la sinceridad! Además, mencionó que la dinamita utilizada proviene de la minería ilegal, un problema que él mismo ha contribuido a perpetuar al votar a favor de la ampliación del Reinfo (Registro Integral de Formalización Minera). ¿No es irónico que se escandalice ahora?
Trabajen y dejen de hablar blasfemias, cojudeces, que Trujillo clama por seguridad.
Han pasado 8 días desde el ataque, y la Policía, en un despliegue impresionante de eficacia, reportó inicialmente 4 detenidos. Pero a la fecha, todos están libres por falta de pruebas. El Ministerio Público no halló las pruebas suficientes evidencias para mantener a los sospechosos tras las rejas. Y que siga el show.
¿Cuánto más debemos esperar para ver resultados tangibles y un verdadero plan que enfrente la delincuencia que nos acecha y mata a diario? No podemos seguir siendo rehenes de un sistema que parece haber olvidado su deber más básico: cuidar de su gente.
Trabajen y dejen de hablar blasfemias, cojudeces, que Trujillo clama por seguridad.





