Es la cédula de sufragio más grande de nuestra historia. Corvetto, Roberto Burneo (JNE) y Carmen Velarde (RENIEC) acudieron a la Comisión de Constitución del Congreso para exponer los avances en la organización de las elecciones generales del 2026.
Piero Corvetto detalló que la cédula electoral medirá aproximadamente 42 centímetros de ancho y 44 de largo, debido al elevado número de partidos inscritos y pocas alianzas electorales. La usarán los 27 ’350.306 peruanos habilitados para votar.
El titular de la ONPE también anunció que las elecciones generales de 2026 incluirán un plan piloto del voto digital que priorizará a once grupos ciudadanos, entre ellos personas con discapacidad, miembros de las Fuerzas Armadas (FF.AA.), Policía Nacional (PNP), bomberos, personal de limpieza, trabajadores de Migraciones y la Defensoría del Pueblo.
Corvetto informó que el voto digital a implementar en Lima y el Callao será voluntario y solo será obligatorio para policías y militares que, en cumplimiento de sus funciones, el día del sufragio se encuentren en un lugar distinto al distrito registrado en el Reniec como su domicilio. También dijo que, en caso de que el voto digital no se implemente a tiempo, el organismo aplicará un plan de contingencia con cédulas impresas.
«Estamos avanzando con un proceso a las corridas y no tener condiciones que garanticen que el voto sea secreto»
Dudas que preocupan
El experto en derecho digital, Erick Iriarte, manifestó sus reparos con respecto al voto digital pues no garantiza que el voto sea secreto.
Iriarte dijo a El Comercio que el sistema enfrenta problemas graves en materia de ciberseguridad, protección del secreto del sufragio, y que el escrutinio electrónico no es público como exige la ley. Además, indicó que alrededor del mundo se han ido eliminando las votaciones digitales. “Estamos avanzando con un proceso a las corridas y no tener condiciones que garanticen que el voto sea secreto”, dijo.
Algunos parlamentarios han cuestionado que el conteo público pueda ser reemplazado por un sistema automatizado, lo que podría afectar el secreto del voto.
Otros han cuestionado la coexistencia entre el voto presencial y el voto electrónico, sobre todo por la custodia y fiscalización de las cédulas físicas.





