domingo, diciembre 28, 2025
Buen Par, el podcast de Conexión Norte
InicioOpiniónEl pan con chicharrón y las dos caras del mismo chancho

El pan con chicharrón y las dos caras del mismo chancho

En estos días los peruanos inflan el pecho de orgullo. ¿Algún logro en ciencia? ¿Otro premio nobel? ¿El Congreso derogó la nefasta ley de la AFP? Nada de eso. Somos campeones en desayunos. Lo malo es que no todos desayunan.

Hoy, los peruanos celebramos con júbilo el triunfo de nuestro delicioso pan con chicharrón, que se consagró como el mejor desayuno del mundo en el Concurso Mundial de Desayunos organizado por Ibai Llanos.

Con más de 12,8 millones de votos, este clásico sánguche se convierte en un símbolo de orgullo nacional. La alegría se desbordó en plazas, mercados y restaurantes donde familias de todas las edades se reunieron para celebrar.

Sin embargo, esta celebración contrasta dramáticamente con la dura realidad que enfrenta nuestro país. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la pobreza afectó a 9,4 millones de peruanos en 2024, lo que equivale al 27,6% de la población. A pesar de que esta cifra muestra una leve disminución, el impacto sigue siendo crítico, especialmente en las zonas urbanas. Más de 6 de cada 10 peruanos son pobres o están en riesgo de serlo.

La situación se vuelve aún más alarmante cuando hablamos de la salud infantil. Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2024, más del 43% de los niños menores de tres años padecen anemia, y la desnutrición crónica se eleva al 12,1% en menores de cinco años. Estas cifras reflejan una emergencia alimentaria que, a pesar de la existencia de programas gubernamentales, continúa sin ser abordada adecuadamente.



El descenso de la lactancia materna y el aumento de los precios de la canasta básica familiar agravan la situación. La falta de acceso a alimentos nutritivos se convierte en un círculo vicioso que perpetúa la pobreza y la desnutrición. Los hogares no pueden permitirse alimentos ricos en hierro, lo que contribuye a la prevalencia de la anemia y la desnutrición crónica infantil.

La ineficacia de las políticas públicas es alarmante. El gobierno, en lugar de actuar con la urgencia que la situación requiere, se ha quedado estancado en la burocracia. Las promesas vacías no alimentan a los niños; las cifras siguen aumentando mientras las soluciones efectivas brillan por su ausencia. La inseguridad alimentaria se vincula directamente con la situación económica del país, donde una gran parte de la población vive en condiciones precarias, y el gobierno parece ignorar la realidad de millones.

No estoy en contra de la celebración por la victoria del pan con chicharrón, pero no nos olvidemos de aquellos que no tienen desayuno todos los días, o que casi nunca desayunan. El triunfo de este plato emblemático no debe ser sólo un motivo de celebración, sino un recordatorio de que debemos luchar por un país más justo y solidario. La indiferencia del Estado ante esta crisis es inaceptable; es hora de que los ciudadanos exijan acción real y soluciones efectivas. La verdadera victoria no se mide en votos, sino en la capacidad de garantizar que cada peruano, especialmente nuestros niños, tenga acceso a un desayuno nutritivo y a una vida digna.

spot_img
ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -
Google search engine
spot_img

ÚLTIMAS NOTICIAS

spot_img

Comentarios recientes