domingo, diciembre 28, 2025
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La marcha del alcalde de Pataz: entre el TikTok, los símbolos, un amargo café y una inminente candidatura

El alcalde de Pataz, Aldo Carlos Mariños, decidió marchar a pie hasta Lima para pedir obras para su pueblo. ¿En realidad lo hizo solo por esos objetivos? ¿O hay un interés electoral detrás de esa fallida caminata? Analicemos palabras, gestos, símbolos y decisiones.

De Pataz a Lima hay más de 762 kilómetros. Si una persona viaja en carro, haría el trayecto en 16 horas; pero si lo hace a pie, demoraría casi dos meses. Aldo Carlos Mariños, alcalde de Pataz, salió el 25 de agosto y llegó el 11 de octubre. 47 días de “marcha de sacrificio”. Lo malo es que no encontró a la persona que iba a buscar. Encontró a otro, quien le invitó un cafecito y le desdibujó la película.

Aldo Carlos salió caminando de Pataz como medida de protesta contra el gobierno de Dina Boluarte que no atendía dos grandes necesidades de esa parte de La Libertad: la ejecución de la carretera nacional y la construcción del Hospital de Tayabamba.

En dos oportunidades le han mentido a mi provincia. Somos los primeros productores de oro y no tenemos ni pista ni hospital. No les voy a fallar y cumpliré mi palabra de luchar por todos ustedes”, dijo ante una enfebrecida masa.

En el camino no solo iba encontrando adhesiones y quejas, sino reportes de medios que daban cuenta de que tiene el presupuesto más alto de los 13 municipios que conforman su provincia. Lamentablemente, de 47’318,266 soles apenas tenía un avance de ejecución del 15.2%.

Pero eso no parece importarle al patacino. Al final, todo lo resuelve el TikTok: es el alcalde de la región con mayor presencia en medios de comunicación nacionales. Las transmisiones en vivo en la red social TikTok son su pan de cada día.

Y llegó a Trujillo. Carlos Mariños, sabedor de que los reflectores le apuntaban a la nuca, aprovechó su llegada a esta ciudad para generar titulares. Inmediatamente, cobró fuerza el rumor de que la marcha, si bien tenía un noble fin, también poseía ribetes electoreros. Su camiseta con el lema “Corazón Valiente” lo delataba, aparte que opacaba la imagen de Santo Toribio, patrón de su provincia, que llevaba colgado en el cuello.

Aldo Carlos Mariños y su mitin en Trujillo.

Y es que, en Trujillo, el alcalde no solo hizo un mitin en plena plaza mayor y se paseó por los medios, sino que acusó a César Acuña (el político más visible) de tener “actitud muy miserable”. El gobernador regional más pequeño del Perú no se quedó atrás y le respondió que el miserable era él por “politizar” las necesidades de su pueblo.

El objetivo de Carlos Mariños estaba dado: ganar mayor visibilidad en la región que, al parecer, es su plato más apetecible.

Para su buena suerte (léase publicidad), el alcalde de Pataz fue detenido por la Policía a la altura del distrito de Samanco, Áncash. Esto debido a que portaba un arma de fuego, de la que sí cuenta con licencia debido a que es víctima de extorsión.

Hasta que se cumplió el objetivo: Lima. La sorpresa mayor se la llevó mientras caminaba. Ya no estaba su “enemiga”, a la que había enfilado sus gritos, Dina Boluarte. Hacía unas horas había sido traicionada por el “pacto” que la sostenía. En su lugar estaba un tal José Jerí, a quien el vulgo ahora conoce como Pajerí, merced a una denuncia archivada por violación, y a su afición a las páginas de mujeres calatas.

La llegada a Lima sí cumplió el objetivo mediático; pero en el balance político ha perdido. “Yo no venía a buscar a Dina. Vengo a que se atiendan los problemas de mi pueblo, vengo a que se respete la vida. El cargo queda y la presidencia también. Se tiene que instalar una mesa de diálogo”, dijo para cesar a los cibernautas que se burlaban diciendo que en vano había caminado tanto.



La presencia en Lima de Aldo Carlos fue contradictoria. Aunque logró la atención de los medios, su reunión con el presidente José Jerí terminó con abucheos por parte de quienes lo habían apoyado. Tuvo que retirarse ante el grito de quienes lo llamaban “traidor” y “vendido”.

Pero ya antes había demostrado escasos reflejos políticos. Para empezar, se comprometió a asistir a la marcha del 15 de octubre contra el gobierno, pero al parecer el cafecito que le invitó Jerí tuvo un efecto disuasivo: dijo que ya no participaría. “No me gusta la violencia. La rechazo en todos sus extremos. La actitud que han asumido algunos jóvenes, lo rechazo. Me comentan los ronderos que han sido agredidos por lo que esa actitud me aleja de ustedes. No asistiré este miércoles 15 a la marcha que ustedes están convocando”, dijo y su imagen de vengador de los andes se diluyó por completo.

Para terminar de dilapidar su estrategia política, su anunciada visita al expresidente Pedro Castillo en el Penal de Barbadillo lo dejó mal parado: “No recibo traidores”, habría dicho el profesor. Su objetivo de captar ese bolsón político murió en el intento.

¿El café fue el detonante para el abucheo al alcalde de Pataz?

Pero las preguntas que saltan ahora son: ¿Por qué aceptó la reunión con el presidente Jerí, a sabiendas de que era el personaje más repudiado por esos días? ¿Por qué cambió su actitud belicosa luego del famoso cafecito?

La respuesta puede estar en un detalle: su corazón. Puede que ese corazón que llevaba impreso en su polvorienta camiseta sea una clara alusión al símbolo de Somos Perú. Y que su corazón que lleva debajo de la camiseta le indique que su objetivo es la postulación al Gobierno Regional de La Libertad.

El asunto tendría lógica, pues el actual presidente es militante de Somos Perú. Ahí puede estar la explicación a su cambio de actitud; eso puede llevarnos a la respuesta de por qué arrió las banderas de reivindicación del Perú profundo. Si bien dice que el objetivo de las obras para su pueblo, sigue en pie, su imagen no es la misma que partió de Pataz.

Pero hay otro dato no menor. En “Buen par”, el podcast de Conexión Norte, la dirigente nacional de Somos Perú, Gaby Lozada Baldwin, dejó entrever, con una subrepticia sonrisa, que ella habría sido la mediadora entre Jerí y Carlos. Y cuando se le preguntó si Aldo Carlos Mariño sería el candidato al Gobierno Regional por Somos Perú, no lo negó, al contrario, le tiró flores y pidió que la producción saque de pantalla la foto en la que el alcalde de Pataz sale con cara de damnificado, al lado de José Jerí.

La fotografía que Gaby Lozada no quiere ver en pantallas.

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