Las Rondas Campesinas de Trujillo alzaron la voz ante lo que consideran una preocupante indiferencia por parte de las autoridades locales frente a la creciente inseguridad que afecta a miles de ciudadanos en la provincia. Luciano Zavaleta, presidente de esta organización comunal, señaló que los alcaldes de Trujillo, La Esperanza, Florencia de Mora y Víctor Larco no muestran voluntad de sumar esfuerzos para combatir a las mafias que operan en estos distritos.
Alcaldes desinteresados
“El que sufre es la población. Queremos que disminuya la inseguridad y contamos con más de 5 mil ronderos activos en los distintos distritos, debidamente organizados. Sin embargo, en lugares como Trujillo, Florencia de Mora, La Esperanza y Víctor Larco, sus alcaldes no nos toman en cuenta, no les interesa implementar verdaderas soluciones”, expresó Zavaleta visiblemente indignado.
El dirigente denunció que pese a la capacidad operativa y organizativa de las rondas, las autoridades no han promovido ninguna ordenanza que facilite su participación en labores de patrullaje o articulación con las juntas vecinales y otras instancias de seguridad ciudadana.
“Falta compromiso y un poco más de entusiasmo. Todos los alcaldes deberían trabajar de manera coordinada con las juntas vecinales, la población y nuestras rondas. Pero hasta ahora, no hemos sido convocados ni considerados en los planes de seguridad. Y mientras tanto, la delincuencia sigue ganando terreno con extorsiones, robos, asesinatos y amenazas constantes a la ciudadanía”, agregó.

Están prestos a luchar
Zavaleta recordó que las Rondas Campesinas han demostrado, en otras regiones del país, su eficacia en la prevención del delito y en la defensa del orden público, gracias a su conocimiento del territorio y su compromiso con la comunidad. No obstante, señaló que esta experiencia está siendo desaprovechada por las autoridades edilicias en distritos clave de Trujillo.
Finalmente, el presidente de las Rondas Campesinas hizo un llamado urgente a los gobiernos locales para dejar de lado la indiferencia y trabajar de manera articulada con las organizaciones sociales que están dispuestas a contribuir activamente en la lucha contra el crimen organizado.
“No queremos enfrentamientos con las autoridades, queremos soluciones reales. Estamos listos para colaborar, pero necesitamos voluntad política. La seguridad no puede seguir siendo una promesa incumplida”, concluyó.






