Sergio Bolaños no pudo escapar a su destino. Fue el sujeto cuya casa fue dinamitada en Trujillo en agosto pasado. Recibió 15 disparos en la cuadra 9 de la avenida Brasil, en Lima, a solo dos cuadras del edificio donde reside el jefe de Estado.
Jesús María era una zona considerada segura, pero esto se acabó. El poder del sicariato no tiene límites y la noche del domingo 30 de noviembre quedó demostrado.
Sergio Bolaños Sarmiento, de 29 años, tenía un historial delictivo y presuntos vínculos con una organización criminal. El ataque fue certero e incluyó quince disparos que no le dieron opción de escapar. Lo irónico es que fue el pleno estado de emergencia.
El crimen fue en plena zona residencial, donde se supone existe un alto nivel de vigilancia debido a que cerca está el edificio donde reside el presidente de la República.

Se lava las manos
Hace poco se difundió una encuesta de IEP, la misma que sostiene que 1 de cada 4 peruanos considera que la inseguridad ciudadana empeoró en la gestión de José Jerí.
Un alto porcentaje, representado por un 54% de los peruanos, percibe que la seguridad en el país sigue igual. Sin embargo José Jerí volvió a deslindar su responsabilidad por la crisis de inseguridad que padece el país.
En la IV Sesión Ordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana 2025 (CONASEC), realizada en Cañete, el presidente de la República culpó a sus antecesores de la situación que vivimos. El encuentro reunió a ministros y autoridades locales para revisar estrategias contra la criminalidad organizada.
“Esperemos que quienes sean nuestras próximas autoridades tengan ese compromiso de lucha contra la criminalidad y no sean permisivos como lo han sido algunas gestiones los últimos años que gracias a ellos estamos acá, gracias a algunos ministros del Interior estamos así”, dijo Jerí.





