El asesinato de la regidora de Chicama, Elena Rojas Alcalde, el último 18 de diciembre, en momentos en que participaba en una chocolatada navideña en su distrito, es el último hecho de sangre que ha remecido, desde La Libertad, al país entero. Este asesinato a balazos, como se conoce, ocurrió en presencia de niños y dejó incluso a algunos de ellos heridos. Pero se dio en un contexto marcado por amenazas previas a la regidora, y un atentado con explosivos en 2024.
Este precedente, que ahora toma relevancia, se dio el 12 de diciembre de 2024, un año antes. La regidora Elena Rojas fue víctima de un atentado cuando menores de edad colocaron un artefacto explosivo debajo de la camioneta que utilizaba, y que se encontraba estacionada justamente frente a la Municipalidad Distrital de Chicama, mientras se realizaba una sesión oficial.
Aquella vez, debido a una falla en la mecha de la dinamita, esta no llegó a detonar y no hubo mayores consecuencias. Sin embargo, la regidora calificó el acto como “un acto cobarde” y señaló cuál sería el móvil de dicho ataque, en un video difundido el 24 de diciembre de ese mismo 2024.
elena Rojas responsabilizó públicamente a autoridades, funcionarios y empresas contratistas vinculadas a sus denuncias de cualquier atentado contra su vida o la de su familia.
El video de Elena rojas que ahora toma fuerza
Rojas, en primer lugar, negó haber sido víctima de extorsión económica, por lo cual descartó que sea un acto delictivo de esa naturaleza.
“Jamás me han pedido dinero a cambio de no atentar contra mi vida. Solo después del hecho ocurrido, me enviaron dos mensajes amenazantes en los que tampoco pedían dinero, sino que intentaban acrecentar el miedo a mi persona frente a los hechos ocurridos”, dijo en aquel pronunciamiento en video.
Rojas sostuvo que la Policía se encargaría de identificar a quienes pagaron a los menores para ejecutar el atentado y advirtió que el ataque buscaba frenar su labor fiscalizadora, vinculada a presuntas irregularidades en la Municipalidad Distrital de Chicama.
“Estoy realizando una labor de fiscalización que incomoda, molesta y afecta los intereses de autoridades, funcionarios y proveedores; además de los que se encuentran involucrados en las denuncias que he realizado a lo largo de este tiempo. Están tratando de amedrentarme”, manifestó.
Las denuncias de la regidora
Elena Rojas Alcalde era contadora pública de profesión, egresada de la Universidad Nacional de Trujillo, y llegó a ser regidora del distrito de Chicama por el Movimiento Regional Fortaleza Perú. A lo largo de su trayectoria política militó en el Partido Aprista Peruano y posteriormente en Alianza para el Progreso (APP), agrupación a la que perteneció hasta el año 2021.
Como regidora, en efecto, se caracterizó por ser claramente de oposición y crítica del oficialismo en la municipalidad de Chicama. En su pronunciamiento público hecho el 24 de diciembre del 2024, Elena Rojas detalló una serie de hechos que a su parecer evidenciaban una estrategia sistemática de hostigamiento en su contra.
Entre estos, señaló el hecho de que solicitaron su suspensión como regidora, un proceso que se extendió por casi un año. Asimismo, reveló que un funcionario de la municipalidad de Chicama le ofreció dinero, mantenimientos y prebendas para que dejara de fiscalizar, advirtiéndole incluso con denuncias y la vacancia si no aceptaba.
También denunció la contratación de funcionarios y proveedores impedidos de contratar con el Estado, caso acogido por Contraloría; funcionarios de confianza prestaban servicios en otras municipalidades y recibían doble remuneración; irregularidades en obras y mantenimientos, como la piscina El Sausal, el Paseo de las Aguas, paneles solares en Sausal y Chiclín, entre otros.
Rojas responsabilizó públicamente a autoridades, funcionarios y empresas contratistas vinculadas a sus denuncias de cualquier atentado contra su vida o la de su familia.
La tensa relación con el alcalde
Tras la difusión de sus denuncias en un video, la regidora y el alcalde de Chicama, Edilberto Bada, tuvieron un tenso careo en presencia de funcionarios municipales. El burgomaestre exigió una rectificación, alegando que las acusaciones afectaban su imagen y la del concejo.
Tras el asesinato de la regidora Elena Rojas ocurrido en Sausal el 18 de diciembre, el alcalde de Chicama expresó su consternación entre lágrimas -e incluso con mano temblorosa- y pidió al Gobierno Central medidas urgentes para frenar la criminalidad en la región. También pidió justicia para Elena Rojas.
Edilberto Bada manifestó incluso su temor de ser víctima del crimen organizado ante esta situación de inseguridad.
Sin embargo, en Chicama la opinión pública tiene claro que existían tensiones políticas entre la autoridad edil y la regidora, producto de su rol fiscalizador.
En tanto, en las últimas horas la familia de Elena Rojas ha deplorado que pese a sus denuncias y advertencias no se haya podido evitar un crimen que estaba anunciado desde hace exactamente un año.





