Cuando César Álvarez era el poderoso y temido gobernador regional de Áncash, nunca imaginó el infierno que hoy está viviendo. Después de más de 12 años de investigación y juicio público, el Tercer Juzgado Penal Colegiado Nacional lo acaba de condenar a 19 años y 6 meses de prisión por los delitos de lavado de activos y asociación ilícita para delinquir. Sus días de “gloria” son solo un mal recuerdo. “La Bestia”, como le llamaban, no es más que una sombra de sí mismo.
Los magistrados acusaron a César Álvarez de dirigir e integrar una organización criminal que utilizó la infraestructura física y económica del gobierno regional de Áncash para cometer diversos delitos. Su búnker era un local conocido como “La Centralita”.
La Centralita
La organización criminal liderada por César Álvarez tenía un centro de operaciones, al que llamaban La Centralita. Este siniestro lugar estaba ubicado en un edificio de la urbanización La Caleta, en la ciudad de Chimbote. Desde ahí, se planificaban acciones contra los opositores de César Álvarez y sobornos a jueces, fiscales y periodistas. Es decir, era el lugar desde donde salían las órdenes para cometer actos de corrupción y asesinatos.
Según un testigo, en ‘La Centralita’ la organización criminal de “La Bestia” acordaba pagos a periodistas para resaltar las obras y gestión de César Álvarez y criticar a sus opositores. Además, entregaron sobornos a policías, fiscales y jueces para que obstruyan o archiven cualquier investigación contra Álvarez.
Desde ahí, se planificaban acciones contra los opositores de César Álvarez y sobornos a jueces, fiscales y periodistas.
Las actividades de La Centralita fueron financiadas con los sobornos que pagaban los empresarios a cambio de la adjudicación de obras públicas.
De aquí salió la orden, por ejemplo, de asesinar al exconsejero Ezequiel Nolasco Campos quien había denunciado la existencia de la mafia. Lamentablemente en un primer atentado fallido, murió su hijo Roberto. Cuatro años después, Nolasco fue asesinado a tiros en una bodega de Huacho. Por estos asesinatos, César Álvarez cumple una condena de 35 años desde el 2021.
Otros rostros
La mafia liderada por “La Bestia” tenía su brazo político que operaba desde las altas esferas del poder. Dos nombres siempre estuvieron estrechamente vinculados a ella: Heriberto Benítez, entonces congresista, y Martín Belaúnde Lossio, empresario y exasesor del entonces presidente Ollanta Humala.
En este caso, Heriberto Benítez, actual asesor del Tribunal Constitucional, fue absuelto de los presuntos delitos de encubrimiento real, intimidación a la autoridad y asociación ilícita para delinquir. Mientras que Martín Belaúnde Lossio fue sentenciado a 4 años y 6 meses de prisión suspendida.