En lo que va de este siglo, se van deforestando más de 2 millones 774 mil hectáreas de bosque amazónico; un poco más que el tamaño de la región La Libertad. Esta no es ninguna preocupación para el Congreso de la República que hace poco, por insistencia, aprobó proyectos de ley que modifican la Ley Forestal y de Fauna Silvestre.
¿Qué contienen estas leyes? Para abreviar: con estas modificaciones ahora la deforestación de la Amazonía es legal. Aunque usted, lector, lectora, no lo crea.
Clarinada desde Europa
Pero vayamos al principio. Todo empezó cuando la Unión Europea, con la intención de cuidar el medio ambiente, declaró prohibida la importación de productos que provengan de zonas donde hubo destrucción de bosques o zonas deforestadas ilegalmente.
Esta ley preocupó a los pequeños productores de café y cacao quienes debían cumplir nuevas exigencias, si no sus productos no podrían ingresar a Europa. Inmediatamente recurrieron al Congreso y al Ministerio de Agricultura para que puedan cumplir con los nuevos requisitos.
Chavetazo traicionero
Este Congreso ha demostrado hasta la saciedad que ninguna ley la hace en beneficio del país, sino de oscuros intereses. Y esta no fue la excepción. Aprovechó la preocupación de los pequeños agricultores selváticos para “desaparecer” los requisitos de los europeos. Lo hizo sin previo aviso y en tiempo récord: 10 minutos.
Es decir, aprobó leyes que, en la práctica, declara a la Amazonía y los bosques peruanos como zonas libres para deforestar, degradar y talar árboles. Este grave atentado pone en riesgo los medios de vida de las familias agricultoras en la Amazonía, y vulnera los derechos de los pueblos originarios y las comunidades locales. Además, que atenta contra el ecosistema del mundo.
La muerte de los defensores de la Amazonía quedará impune.
Los lobos del bosque
Pero el Congreso no lo hizo para favorecer a los pequeños agricultores. No. Encontró la coartada perfecta para favorecer, cuándo no, a grandes monstruos empresariales que tienen en su haber muchos delitos ligados a la deforestación.
La primera entidad preocupada por las leyes de la Unión Europea fue la Confiep. Y fue ella la que empujó la ley antiforestal. La carta que envió al Congreso la desnuda por completo. Palabras más, palabras menos, ellos saben que hay deforestación, pero querían que el Estado legalice este crimen ecológico para que las grandes empresas sigan lucrando.
La primera entidad preocupada por las leyes de la Unión Europea fue la Confiep. Y fue ella la que empujó la ley antiforestal.
Según la Agencia de Investigación Ambiental (EIA, por sus siglas en inglés), una de las grandes amenazas de la Amazonía es la producción industrial de palma aceitera y cacao. Se investigó a 7 grandes empresas que operan en Loreto y Ucayali y se determinó que estas compañías compraron terrenos en las que se deforestó más de 13 mil hectáreas. Además, se encontró que estas empresas compraron tierras con procesos ilegales de titulación, deforestación sin permisos, omisión del pago de multas, violación de los derechos de los pueblos indígenas, y muchos cambios de razón social (obviamente, para despistar a las autoridades).
Vaya regalito del Congreso.