El hombre que alguna vez declaró que recibiría un disparo por Donald Trump, ahora esta dinamitando la vida del ex hombre fuerte de la Casa Blanca.
Se trata de Michael Cohen, ex abogado de Trump por casi diez años, quien se ha convertido en pajarito, pues está cantando ante los fiscales por el pago de un soborno a la actriz de cine porno Stormy Daniels, para que calle en todos los idiomas los arrumacos lúbricos que tuvo con el ex presidente de Estados Unidos.
Quería hacerlo feliz
Este lunes, Cohen ha explicado ante el tribunal penal de Manhattan (Nueva York) que habría hecho cualquier cosa por Trump. “Lo único que tenía en mente era cumplir la tarea, hacerle feliz”, ha dicho, ante el suspiro de algunos. Ello implicaba silenciar todas las historias que perjudicasen a su admirado ex jefe, como las aventuras con Daniels y otra mujer, la exmodelo de Playboy Karen McDougal.
“Lo único que tenía en mente era cumplir la tarea, hacerle feliz”
Este testigo estrella, al que llamaban “pitbull” por el celo que demostraba para proteger a su jefe, es el único capaz de demostrar que Trump estuvo directamente implicado en la falsificación contable para mantener en secreto los pagos. Y ya ha descrito con vellos y señales la trama orquestada con su jefe y con el editor del tabloide National Enquirer para enterrar las historias escandalosas.
No le importaba su esposa
Y lo que es peor: a Trump no le preocupaba su matrimonio con la candorosa Melania. No, no, no, estimados lectores. Todo esto se hizo para que los escándalos no influyeran en su campaña del 2016.
Trump ha respondido que el juicio contra él es “una caza de brujas”. «Esto es una acusación de Biden. Es una interferencia electoral a un nivel que nadie en este país ha visto antes”, farfulló, rojo, como un tomate.