Escribe: Omar Aliaga Loje
El regreso a la alcaldía de Trujillo es lo que menos debe preocupar hoy a Arturo Fernández.
Acaba de sufrir un revés en el Jurado Nacional de Elecciones, desde donde le han dicho que su suspensión aprobada en el pleno del concejo le durará hasta enero del próximo año. Ni hacerse el buenito ni el cordial con el presidente del JNE, Jorge Salas Arenas, a quien trató muy respetuosamente en su escrito (después de haberle dicho de todo durante estos meses) logró ayudarlo.
Como tampoco puede ayudarlo la gente. Y es que, aunque Fernández clame apoyo por Yape y Plin, aunque exija que salgan a las calles a protestar por él, la verdad es que a las justas puede convocar un grupo pequeño. Con esa poca cantidad de gente que convoca haría fracasar una pollada organizada con bajo presupuesto.
Y por eso sale a insultar a los trujillanos que no hacen caso de sus griteríos.
Y Fernández dice ser el abanderado contra la corrupción, pero cada vez está más claro que en la municipalidad hacía y deshacía con las obras: entregó varias a dedo.
Eso, sin embargo, no es lo que más debería preocuparle a Arturo Fernández. Ni siquiera su supuesto sueño presidencial. Los nuevos juicios que tiene con el arqueólogo Ricardo Morales y el exjefe policial Augusto Ríos Tiravanti no son poca cosa, pues podrían llevarlo -esta vez sí- a la prisión.
Fernández es un difamador compulsivo, dice ser el abanderado contra la corrupción y lanza imputaciones con el único sustento del rumor. Y cuando no tienes más sustento que el rumor, pasa lo que le está pasando a él.
Y Fernández dice ser el abanderado contra la corrupción, pero cada vez está más claro que en la municipalidad hacía y deshacía con las obras: entregó varias a dedo. En un audio recientemente difundido se le escucha insistir por el pago a una empresa constructora que su gestión favoreció en varias oportunidades.
Fernández tendrá que explicar sobre eso y muchos otros entuertos hechos durante su corto paso por la gestión municipal de Trujillo, donde tuvo como asesor en la sombra a un personaje que tiene un historial de investigaciones por presunto tráfico de terrenos y lavado de activos, como es el caso de Danilo Pinillos.
Eso es lo que se le vendrá a Arturo Fernández. Y es lo verdaderamente preocupante para él.
