Escribe: Eliana Pérez Barrenechea
La caza de brujas fue un evento histórico de la sociedad occidental, ocurrido entre los siglos XV y XVII, que –según explica la filósofa feminista Silvia Federici–, junto a la conquista de América y el tráfico de esclavos, permitieron la instauración del sistema capitalista moderno, al construir a la bruja como el enemigo común, debilitando la insurgencia del campesinado, que se rebelaba contra el feudalismo.
Ya que el mercado ha dedicado un día a las brujas con fines lucrativos, despolitizando y caricaturizando este suceso, hoy recodamos esta caza que permitió la instalación de un régimen de explotación con las cenizas de las mujeres quemadas en las hogueras, con la persecución de su sabiduría, el despojo de sus territorios, el control de su cuerpo y sexualidad, hasta lograr la reorganización del trabajo, domesticando el rol de las mujeres en la nueva sociedad capitalista.
Este episodio histórico, que se ha repetido en otros territorios y espacios, nos sirve para explicar lo que el actual régimen está haciendo en el país para mantener el control del poder que usurparon. Las balas de las fuerzas armadas y policiales reemplazaron el fuego de las hogueras, inaugurando esta última cacería que cobró la vida de 50 personas, para consolidar el poder de una nueva Inquisición representada por el Congreso.
la cacería de brujas se agudizará en estos meses, el Malleus maleficarum de hoy ha cambiado el mito de las brujas por el de “los terrucos”, o su versión más reciente y pertinente para el contexto de APEC, de “traidores de la patria”.
Los verdugos del país han ido por todo, no están dejando ni una sola institución, ni un solo espacio de poder fuera de sus fauces. La hoguera se expande, nos están cazando, pero como suele suceder cuando las presas se sienten acorraladas son capaces de lo inesperado. ¿Se está gestando una respuesta de rebeldía?
Los paros, el escrache público, los plantones locales, las marchas nacionales, son manifestaciones de resistencia que se van organizando mejor y con mayor fuerza, aunque no sean suficientes aún para detener el plan golpista que siguen ejecutando. En respuesta, la cacería de brujas se agudizará en estos próximos meses, el Malleus maleficarum de hoy ha cambiado el mito de las brujas por el de “los terrucos”, o su versión más reciente y pertinente para el contexto de APEC, de “traidores de la patria”, insistiendo en un relato que nadie lo cree y que tampoco les servirá para librarse de la justicia.
Este 13, 14 y 15 de noviembre pretenderán hacer otra caza de brujas, pero vayamos por los verdugos. No más indiferencia, que el miedo cambie de bando, apoyemos el paro nacional, bajo la consigna de que “si no luchamos juntos nos matarán por separado”.
[Pdta: En memoria de nuestras brujas, que resistieron las violencias de la matriz colonial del poder, y cuya historia de rebeldía han pretendido borrar, pero que tercamente preservamos.]
