Cuando todos suponían que, tras el escándalo de la comida “basura” de Qali Warma, el ministro Julio Demartini se iría por la puerta falsa, el Congreso demostró, una vez más, que el Perú le importa un pepino.
El Congreso rechaza moción de censura al ministro de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) que, como se sabe, es cuestionado por las graves denuncias contra el programa Qali Warma.
Algunos congresistas buscaban su remoción del cargo, pero no alcanzaron los votos. Solo 36 congresistas votaron a favor, 32 estuvieron en contra y 25 se abstuvieron.
En plan de disimulo, tras rechazar la censura, el Pleno del Congreso aprobó interpelar al ministro Demartini, quien deberá presentarse el próximo 4 de noviembre para responder el pliego interpelatorio de 14 preguntas sobre la situación del programa Qali Warma.
Rómulo mucho fue al río
Quien no corrió la misma suerte, fue el ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho. El Congreso lo censuró y deberá dejar su fajín e ir con su música a otra parte.
69 congresistas votaron a favor de la censura contra Mucho, 4 lo hicieron en contra y 13 se abstuvieron.
Quien no corrió la misma suerte, fue el ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho. El Congreso lo censuró y deberá dejar su fajín
“El Congreso acuerda censurar al ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, por su falta de capacidad y grave negligencia en la gestión de su sector y por la falta de interés e idoneidad para solucionar la problemática de los pequeños mineros y mineros artesanales”, dice el texto sustitutorio que reunió las mociones presentadas por los congresistas Arturo Alegría, Guido Bellido y Digna Calle.
Balas y carta para el coronel
El 17 de octubre, a las dos de la tarde, un sujeto encapuchado se acercó a la casa del coronel PNP Harvey Colchado y dejó tres cartuchos de arma de fuego y una hoja bond con un mensaje, en color rojo, escrito en computadora, que dice: “Maldito hijo e p*** vas a ver sangre de tus seres más queridos se tarda pero no se olvida”.
Luego, el sujeto que vestía una polera color azul, un pantalón negro y unas zapatillas negras, abandonó el lugar tranquilamente.
«Maldito hijo e p*** vas a ver sangre de tus seres más queridos se tarda pero no se olvida»
Colchado, exjefe de la División de Alta Complejidad de la PNP (Diviac), denunció este hecho ante la Depincri del distrito.
Su abogado ha contado que el uniformado no vive con su familia hace varios meses. Por motivos de seguridad, tiene un domicilio aparte. “Tiene amenazas de muerte por todos lados”, señaló Pérez.
Miguel Pérez está convencido de que las amenazas a Colchado vienen de la clase política, la cual, según él, se encuentra bajo presión debido a las investigaciones de la Diviac.