Un día como hoy, en el 2010, Mario Vargas Llosa recibió el Premio Nobel de Literatura. Hace poco, las redes se movieron para los seguidores (y también detractores, hay que decirlo): se difundieron fotos de su regreso a los lugares que inspiraron “Conversación en La Catedral” y “La ciudad y los perros”.
No pocos relacionaron estas visitas con la vieja creencia de que las personas regresan a los lugares que más recuerdan para despedirse. ¿Se despide, Varguitas? Esperamos que no; al menos, no muy pronto.
Vargas Llosa regresó al local de ‘La Catedral’, un lugar que marcó su carrera literaria al inspirar su famosa novela Conversación en La Catedral (1969). Álvaro Vargas Llosa, su hijo, compartió el 28 de noviembre una foto en la que se le ve al Nobel, apoyado en un bastón, frente a las ruinas de lo que fue el mítico bar limeño.
“55 años después, retorno al (ex) bar ‘La Catedral’, en busca de los fantasmas de Zavalita y el zambo Ambrosio”, escribió Álvaro evocando a dos personajes de Conversación en La Catedral.
Dos escenarios más
Antes, Mario había hecho un par de visitas más en Lima. A fines de octubre reapareció en el teatro Marsano, en el distrito de Miraflores, donde disfrutó de la función privada de una adaptación de su novela policiaca ¿Quién mató a Palomino Molero?
El 19 de noviembre se difundió otra imagen de Vargas Llosa frente al Colegio Militar Leoncio Prado. Este lugar es también muy significativo para él, porque allí estudió y descubrió su vocación literaria, según contó él mismo.
La fotografía lo muestra junto a un militar que custodia el colegio militar que inspiró su primera novela: La ciudad y los perros; libro que marcó el inicio de su presencia destacada en las letras universales.
“Cuando estoy en Lima con mi padre, solemos hacer paseos discretos a algunos escenarios emblemáticos de sus novelas. ‘Discretos’ quiere decir que buscamos el lugar y el momento en que no haya gente o haya la menor cantidad posible para evitarle el tremendo aturdimiento que le produce que se aglomeren a su alrededor personas cariñosas —pero no demasiado conscientes de su avanzada edad— y le pidan hacerse fotos o firmar autógrafos”, contó Álvaro Vargas Llosa a El País.
Varguitas suelto en el norte
Pero no es todo, respecto a la presencia viva de Varguitas entre nosotros. Sus admiradores pueden disfrutar de otra joya.
«En septiembre de 2022, mi padre, Mario Vargas Llosa, mis hermanos Gonzalo, Morgana y yo realizamos un viaje por tierra al norte del Perú con el fin de visitar algunos de los escenarios de su nueva novela, titulada Le dedico mi silencio». Así empieza diciendo Álvaro Vargas Llosa en un documental que lanzó hace pocos días.
En él se observa el viaje que Mario Vargas Llosa emprendió, junto a sus hijos, a ciudades como Trujillo, Chiclayo y Eten. Además, narra algunos aspectos del proceso de la escritura de su última novela. En realidad, e documental fue grabado con teléfonos celulares para conservar el recuerdo familiar.
«Después de escribir un primer borrador, siempre a mano, en uno de sus tantos cuadernos, Mario Vargas Llosa suele visitar algunos de los lugares donde ocurren sus novelas para terminar de fundir la realidad con la ficción», dice la voz en off que le pertenece a Álvaro.
El material audiovisual, de casi 20 minutos, confirma la costumbre de Vargas Llosa de visitar los lugares en los que ambientó sus novelas. Su familia siempre lo ha acompañado, pero este último viaje es uno de los pocos que han sido registrados en video. Para alegría de sus lectores, aquí se muestra diálogos de nuestro Nobel, fotografías, secretos, anécdotas, personajes, entre otras exquisiteces. Te invitamos a verlo: