Escribe: Omar Aliaga
El pasado 12 de diciembre de 2024, la Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad (DDC- LL) tomó nota de una grave denuncia interpuesta por el reconocido fotógrafo y docente universitario, José Carlos Orrillo, en la que documenta la forma en que traficantes de terrenos se han apropiado ilegalmente de un predio ubicado en la zona arqueológica intangible Quebrada Santo Domingo, en el distrito de Laredo, provincia de Trujillo.
Conexión Norte dio cuenta de los pormenores de esta denuncia que implica, además, a al menos un funcionario de la DDC – LL. Han pasado más de dos meses desde entonces, y la respuesta desde la institución obligada por ley a velar por el patrimonio arqueológico y cultural es prácticamente nula.
Aún más, este medio pudo conocer que los daños a la zona intangible de Quebrada Santo Domingo continúan dándose de parte de los invasores que, además, obtuvieron un Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA) con visos de irregularidad y con una sospechosa celeridad.
El reconocido arqueólogo Gori Tumi consideró, tras ser consultado, que «es raro» que se haya expedido un CIRA con tanta rapidez.
Un CIRA lleno de sospechas
Los pobladores de la zona informaron al denunciante José Carlos Orrillo que un traficante de terrenos conocido como Mario López Carranza alardea de tener un nexo en la Dirección Desconcentrada de Cultura. Bien, pues este posesionario le habría vendido los terrenos a Ricardo Bermúdez Azaña, quien increíblemente obtuvo el CIRA que le da autorización para sembrar sobre la zona intangible. Se trata de la parcela agrícola denominada “Huerto Bermúdez”, ubicada sobre el canal de Chavimochic.
Este Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos en la parcela “Huerto Bermúdez” fue emitido el 13 agosto 2024. Fue elaborado y emitido por el arqueólogo Luis Fernando Yépez Pinillos y cuenta con la firma del director de la DDC de La Libertad, David Calderón de Los Ríos.
Pero este CIRA fue tramitado en un tiempo tan rápido como sospechoso. El viernes 9 de agosto fue presentada la solicitud por parte de Ricardo Bermúdez Azaña, y apenas el lunes 12 ya estaba listo el informe aprobatorio, por lo que al otro día, el 13, fue expedido el CIRA. Suspicaz y bastante irregular si tomamos en cuenta los días hábiles y, como lo indica el mismo informe, se supone que hubo una inspección en la zona y análisis de la documentación.
El reconocido arqueólogo Gori Tumi consideró, tras ser consultado, que «es raro» que se haya expedido un CIRA con tanta rapidez.
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«Para hacer el CIRA, hay que hacer un expediente, que incluye los datos de la obra, y 3 planos georeferenciados. Despendiendo de la extensión, hay que hacer una revisión de la zona, y sobre eso se trabaja el expediente. Al menos eso toma unos 20 días», refirió.
Tumi, quien además es hoy el presidente de la Asociación Peruana de Arte Rupestre, semanas atrás lamentó las invasiones en la zona de la Quebrada Santo Domingo, lo cual consideró como «una tragedia».
No hay respuestas en la DDC – LL
Cabe indicar que este medio contactó al director de la DDC – LL, David Calderón de Los Ríos, quien firma el cuestionado CIRA. Él nos indicó que estaban preparando un comunicado sobre la denuncia, pero hasta ahora no se conoce nada del mismo. Calderón nos respondió después a nuestras comunicaciones enviadas a su celular.
En diciembre, Calderón de Los Ríos acudió, junto con el denunciante y un equipo de su despacho, a verificar la situación en la zona, y anunció una investigación del caso, así como al arqueólogo Yépez Pinillos, quien elaboró y expidió el CIRA. Hoy, sin embargo, prevalece un extraño silencio y no hay respuestas, mientras los invasores siguen haciendo de las suyas y dañando nuestro patrimonio.