El Papa León XIV, abrió su corazón frente a la delegación de la Diócesis de Chiclayo durante una audiencia privada celebrada el pasado lunes 19 de mayo en el Vaticano, una fecha que quedará en el recuerdo del actual sumo pontífice ya que los representantes de la tierra norteña le llevaron un poco de todo lo que disfrutó cuando era obispo de esta ciudad.
Madre profeta
En una intervención sincera y cargada de emoción, el nuevo Sumo Pontífice reiteró que su inesperada elección como líder de la Iglesia fue prevista muchos años antes por una monja en una anécdota que hoy adquiere un matiz profético.
Las palabras del Papa fueron registradas en video y difundidas este viernes por medios internacionales. Entre sonrisas y memorias, recordó que nunca imaginó ocupar el puesto que hoy ostenta, menos aun cuando vivía en Perú, país donde residió por cerca de veinte años y del cual llegó a adquirir la nacionalidad.
“Unas semanas después, me encontré con una monja, también provincial, que me dijo: ‘Padre Robert, nuestro Dios es un Dios de sorpresas y un día Él le dará otra’. Palabras proféticas hasta ahora, ¿no es cierto?”, contó el Pontífice con serenidad y cercanía, dejando ver su conexión con aquellas experiencias que marcaron su vida pastoral en Perú.
Robert Prevost rememoró con detalle el año 1998, cuando ejercía múltiples funciones en la ciudad de Trujillo: profesor de seminario, director de estudios, párroco, vicario judicial y formador. Fue en ese contexto, según relató, que regresó a su ciudad natal, Chicago, tras ser elegido provincial de los Agustinos.

El Perú es su patria
La audiencia con la delegación de Chiclayo estuvo cargada de gestos simbólicos que reflejan el vínculo emocional del Papa con Perú, especialmente con la región Lambayeque. Durante el encuentro, los representantes le entregaron productos típicos como zapallo loche, king kong y algarrobina, detalles que evocaron su vida como misionero y su afecto por la comunidad que lo acogió.
“Perú puede ofrecer al mundo testimonio, fe, comunión y amistad”, expresó León XIV, destacando los valores que, según dijo, caracterizan al pueblo peruano y que lo acompañan incluso ahora, desde la cumbre del Vaticano.
