La historia comenzó por los años noventa, cuando el mundo del cómic en hablahispana daba los primeros ramalazos de lo que se llamaría “el boom del manga”. Las librerías especializadas daban cada vez mayor lugar a las series japonesas que empezarían a dominar el mundo en los próximos años.
Ese ramalazo había llegado de la mano de un nombre: Akira Toriyama. Era la cúspide del arrasador éxito que estaba teniendo entre el público infantil (y no tan infantil) el anime que se había estrenado en 1989 en la televisión nipona.
Publicada inicialmente en un formato de comic-book, la serie animada Dragon Ball tuvo cifras de ventas estratosféricas. Gokú y los personajes que acompañaban este artefacto pop que hacía referencia a la leyenda del Rey Mono se convirtieron en objeto de deseo de los fans, que vendían e intercambiaban dibujos y fotocopias de la serie como si se tratara de verdaderas joyas.
Se trataba de un fenómeno a nivel mundial de números millonarios, y abrió las puertas a lo que luego se conoció como cultura Otaku, que hoy reina en el mundo con diversos autores.
Se ha convertido en un fenómeno transgeneracional: los animes y mangas de Gokú que gustaron a los padres y madres siguen gustando por igual a los más pequeños.
«Dragon Ball» marcó el camino
El estilo hasta cierto punto extravagante del dibujante japonés Akira Toriyama era ameno y atractivo, conectaba de manera natural con la ingenuidad infantil y ese punto lúdico innato atrajo a muchísimos que hasta hoy sienten su influencia.
Cuarenta años después de su publicación original, no quedan dudas: Dragon Ball marcó el camino de lo que es hoy el éxito arrollador del manga en todo el mundo. El legado de Toriyama es caudaloso.
Hoy, por ende, después de varias series de manga y TV y decenas de películas, los personajes de Toriyama siguen vivos en el imaginario colectivo y en una rentabilísima franquicia.
La serie de anime se actualiza y se relanza continuamente en las plataformas mientras aparecen nuevas películas e incluso el propio Toriyama estaba involucrado en la última saga de la serie, Dragon Ball Super. En cada nueva entrega, los récords de ventas en cualquier país del mundo donde se estrena revientan. Se ha convertido en un fenómeno transgeneracional: los animes y mangas de Gokú que gustaron a los padres y madres siguen gustando por igual a los más pequeños, demostrando que el humor y el ingenio de Toriyama eran un talento atemporal.
