En un reciente comunicado, la Asociación Cultural Culle, de Huamachuco, mostró su disconformidad con las gestiones de la “Comisión del Bicentenario del Paso a la Inmortalidad de Sánchez Carrión”.
El comunicado empieza cuestionando que se reduzca los procesos históricos a una sola figura: masculina y militar, olvidando los demás actores y sus aportes. Luego, acusa a la Comisión de mostrarse servil y condescendiente con Dina Boluarte, para lograr que ésta asigne el nombre del año 2025 en homenaje al prócer y repúblico huamachuquino. Cosa que lograron, pero solo para solaz en sus redes sociales.
Cuando Boluarte se comprometió a aceptar realidad el pedido, dice el comunicado, en las redes sociales, el Gobierno local adjudicaba el triunfo al alcalde; el Gobierno regional hacía lo propio, realzando la labor de César Acuña; y hasta la Consejera Regional, Leyla Espir, ensalzó su propia figura.
“Estas cuestiones evidencian, claramente, funcionarios con un interés político personal más allá del colectivo. Este tipo de funcionarios eran los que, justamente, condenaba José Faustino Sánchez Carrión”, sostienen.
Se fueron de bruces
Cuando se anunció oficialmente que el 2025 se llamaría “Año de la recuperación y consolidación de la economía peruana”, vinieron los problemas. Los Culle sostienen que la Comisión “saltó de su acomodada butaca y pegó el grito al cielo”. Cuestionan que solo en ese instante, se acordaron de que el gobierno de Dina Boluarte es despótico, autoritario y que va en contra de toda buena democracia. “Vimos allí, evidentemente, el ‘acomodo’ de la ética ante las condiciones del momento”, dicen.
Es más, cuentan que luego del traspié recién la Comisión “convocó al pueblo” para pedir su auxilio. Afirman que, si eso hubiera pasado antes, ni siquiera la Comisión se hubiera formado “ya que Sánchez Carrión y Dina Boluarte son, claramente, figuras totalmente antagónicas”.
Objetivos superficiales
Los firmantes del comunicado cuestionan que la “Comisión del Bicentenario del Paso a la Inmortalidad de Sánchez Carrión” tenía solo dos objetivos: lograr la denominación del año y recuperar la casa del prócer. Pedidos que, a su entender, son extremadamente superficiales.
¿Y luego qué? ¿Qué hacemos con un nombre y una casa?, se preguntan. Afirman que la Comisión no tiene respuestas ni salidas. Y que eso ocurre porque no tiene un “plan estratégico de desarrollo” que acompañe los dos actos que pretendían lograr. “Es más, hasta los últimos días de diciembre, sus integrantes andaban pidiendo ideas para armar urgentemente algún plan”, denuncian.
Los Culle creen que la figura de Sánchez Carrión puede ser un arma valiosísima y medular para el desarrollo de la provincia que lleva su nombre (en los ámbitos social, económico, educativo y cultural), pero siempre y cuando vaya acompañada de un plan concertado y multidisciplinar que permita pensar en un “desarrollo” conjunto a corto, mediano y largo plazo.
Los eternos olvidados
Finalmente, llaman a la reflexión respecto a la conmemoración del Bicentenario de la Independencia, y de la muerte de nuestro prócer. Recuerdan que José de San Martín y el primer Congreso Constituyente peruano, considerando el comportamiento patriótico de la población de Huamachuco, le otorgó el título de “Muy ilustre y fiel ciudad”.
“Hay que entender que la historia no la hace un solo hombre, sino un conjunto de personas y situaciones y, con frecuencia, el pueblo entero”, sostienen. Consideran que el aporte de Huamachuco no se reduce a la figura de Sánchez Carrión.
“Debe extenderse, por ejemplo, a reconocer el papel de pueblos como Marcabalito y Sartimbamba (y, dentro de ellos, sus propios actores, con nombre y apellido) como abastecedores de las tropas patrióticas”. Y, también, destacar, por ejemplo, el “rol” de otros actores como el patriota Gaspar Calderón Paredes o el cura Pedro José Soto y Velarde, amén de otros personajes, hombres y mujeres que, al igual que Sánchez Carrión, ofrendaron sus esfuerzos a la causa noble de la patria”, afirman.
