La vida de doña Francisca Antón Vite se trastocó hace pocos días. La pena y el dolor la acompañan a sol y sombra: su hijo Miguel Ángel Pingo Antón salió un día a pescar y no regresa. De eso, ya más de 50 días.
Doña Francisca, natural del caserío Chancay (Bernal), no puede evitar que las lágrimas surquen su rostro. Son lágrimas de dolor, de desesperación. Cada día que pasa es como si la desgracia avanzara un año más.
“He venido aquí a la orilla del mar, a pedirle que me devuelva a mi hijo, que lo traiga de vuelta a casa”, dice con lágrimas en los ojos, mientras la brisa del mar de Sechura le desordena el cabello cano. Luego lanza su clamor, con sabor a reproche: “Si tuviera los recursos económicos, yo buscara una embarcación para salir personalmente a buscar a mi hijo”. Y es que las autoridades no han escuchado las súplicas de los familiares de los desaparecidos. Se han presentado documentos a alcaldes, gobernador regional y congresistas de Piura; pero poco se ha hecho por buscar a los hombres de mar.
“Que en esas olitas vengan los angelitos con mi hijo de vuelta”, llora doña Francisca, mientras con su mano izquierda sostiene una Cruz de Motupe, réplica de la verdadera, a cuyos pies ella ha llegado pidiendo el milagro.
Indolencia que hiere
Francisco no es el único desaparecido. También lo están Luis Manuel Martínez Durand, Jhonny Durand Castro, ambos de Bernal; y José Miguel Huanila Velásquez, de Lambayeque. Ellos partieron del puerto de Ancón (Lima), el 27 de abril y desde entonces no se conoce el paradero de la embarcación ni se tiene comunicación alguna.
Las autoridades poco o nada hacen para ayudar a los desesperados familiares. Han tenido que marchar, con sus voces y sus pancartas, para que por fin sean visibilizados. No solo el mar les da la espalda; la indolencia estatal les lacera el alma.
Y también llama la atención la actitud del dueño de la embarcación desaparecida. “Al dueño de la embarcación [le pido], que tenga un poco más de empatía; él está ignorando absolutamente nuestras llamadas, no se comunica con nosotros, y, por último, no está al pendiente de lo que está sucediendo ahora”, dice Luis Durand, hermano de uno de los pescadores.
Ayer miércoles 18 de junio, los familiares de los pescadores llegaron al frontis del Gobierno Regional de Piura para exigir acciones rápidas y concretas en la búsqueda de sus seres queridos. Hoy hicieron una marcha en Bernal. Insisten en que las entidades estatales actúen de manera urgente con una búsqueda desde el aire. Cada día que pasa es crucial para hallarlos con vida.
“El mar es inmenso y el tiempo se agota. Mi hijo y sus compañeros pueden estar vivos, pero necesitan ser encontrados ya. No podemos esperar más”, dice doña Francisca Antón Vite, y su ruego espera encontrar eco en las autoridades.
