Escribe: Jorge Tume
Bernal, vista desde el aire, parece una guitarra abandonada en medio del desierto de Sechura. Debe ser por eso que su gente es alegre y celebra el mejor carnaval de la región Piura, y uno de los mejores del Perú.
Este distrito está ubicado en la provincia de Sechura y ha recibido la denominación de Capital Regional del Carnaval. Este año las celebraciones serán del 3 al 6 de marzo.
Lo singular de este carnaval es que el pueblo se organiza en Yunces, cada yunce tiene mayordomos que aportan para brindar desayuno, almuerzo, merienda, castillos de fuegos artificiales, comparsas, carros alegóricos, las mejores bandas y orquestas del país, entre otros espectáculos. Y, aunque usted no lo crea, todo absolutamente gratis.
Si bien la celebración central es en la capital distrital, el carnaval también se vive a plenitud en caseríos, centro poblado y anexos del distrito.
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Lunes de romería y retreta
Los primeros arranques de alborozo empiezan el lunes con la entrada triunfal de las cinco bandas de músicos pertenecientes al Yunce de la crema, Yunce verde florido de la Cruz del Sur, Yunce verde del norte, Yunce rojo encarnado y Sin rival yunce verde de la esquina. Las bandas recorren las calles encabezadas por el primer y segundo mayordomo, encargados de la celebración.
Después de un apetitoso desayuno, todos se dirigen al Cementerio San José, a la romería a los mayordomos fallecidos, con la finalidad de rendirles homenaje por heredar el carnaval y pedirles permiso para iniciar las celebraciones.
Luego de eso, viene el suculento almuerzo y después la visita a las casas de los mayordomos que tienen que atender a todos con bebidas. La gente baila marineras y huaynos agitando las banderas que identifican a su yunce. Siendo el carnaval, signo de colorido, todos sin excepción reciben una descarga de talco perfumado sobre sus rostros y cabellos.
Así confundidos en la expresión de la alegría, se recibe la noche. Todos se dirigen a la merienda y luego al parque Miguel Grau, a la gran retreta que es el contrapunto de las bandas de músicos que deleitan al público con su variado repertorio. Se da cuenta de un suculento caldo de gallina criolla para mantener el ánimo, y unas cervezas bien al polo para apagar el calor.
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Martes de parada de Yunce
El día martes, a tempranas horas, los mayordomos con sus respectivas bandas se dirigen al domicilio donde toca recibir el exquisito desayuno que no parece desayuno, pues se sirve ceviches, cabrito, chicha y cerveza, etc.
Luego recorren las calles invitando a todo el pueblo a la traída del árbol que representa al yunce y que lo plantan en el sitio de siempre. Una vez que el yunce es parado, la banda entona la “Diana”, que es una melodía en son de triunfo. Se saborea la rica chicha, los piqueos, las cervezas, en torno al árbol. Y así, plenos de amistad y alegría, se dirigen a saborear el suculento almuerzo que por ser de carnaval es muy vitaminoso.
Las calles lucen alegres. Llega gente de diversas partes. Todos se contagian con la misma alegría. En la noche, después de la merienda, es la gran retreta en el parque Ramón Castilla, asimismo los bailes populares, gratuitos, con las mejores orquestas del Perú.
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Miércoles de comparsas y tumba
Amanece el cielo limpio y claro, ya se sienten los primeros rayos; todo es alegría; es que ha llegado el miércoles, el día central y el más alegre del carnaval. Desde las nueve de la mañana, los mayordomos y la banda se dirigen a desayunar, luego recorren las calles entonando alegres marineras. Se procede al adornamiento del yunce; ¡Cuántas cosas de ven! Utensilios, menaje, ropa y un sin número de cosas que adornan de una manera colorida. Todo por San Chabaquito.
Luego, viene el apetitoso almuerzo. La gente se encuentra fuera de sus casas gozando de las maravillas que vuelcan las costumbres, llegando al extremo de la felicidad por vivir momentos inolvidables en los que no caben tristezas; en el fondo del alma hay un lugar para sonreír viendo tantos colores juntos.
En la tarde se realiza en gran Concurso de Comparsas y Carros Alegóricos. Es una experiencia inolvidable pues la creatividad y alegría de los participantes no tiene igual. Se representan las costumbres, idiosincracia y vivencias del pueblo anfitrión. Y los artistas son del mismo Bernal. Miles de personas, grandes y chicos, viven esta maravillosa experiencia.
A partir de las seis de la tarde, las bandas recorren las calles invitando a la tumba del yunce que se inicia a las siete de la noche. El primer mayordomo la inicia. La banda entona la melodía «Yuncesito lindo, ¿quién te tumbará?». Cada mayordomo va dando con el hacha.
Y sucede lo que ansiosamente se esperaba, la caída del árbol. La banda con más fuerza que nunca entona la “Diana” y un multitudinario público se arroja sobre el árbol caído con la esperanza de recoger algún objeto. Todos felicitan al nuevo primer mayordomo que, junto con el que dio hachazos antes que él, se encargarán de la celebración el próximo año.
Sigue la quema de un castillo gigante de fuegos artificiales que hacen del carnaval una verdadera fiesta, digna de admiración. Se lleva el árbol a la casa del primer mayordomo, luego se dirigen a la merienda y a seguir bailando.
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Jueves de las cuentas y Ño Carnavalón
El día jueves, la gente se levanta cansada, pero con grandes ganas de gozar el último día del carnaval. Temprano, los mayordomos, van al desayuno y luego continúan las calles vistiéndose de melodías de marinera y huaynos tan alegres como el vaivén de los algarrobos.
A partir de la una de la tarde empiezan “las cuentas” que se realizan en casa del primer mayordomo y consiste en que el resto de mayordomos va a dejar su cuota económica, acordada con anticipación, para luego saborear el rico almuerzo asentado con chicha de jora y cerveza, bailando hasta cansarse…
Y llegó la hora de finalizar con la fiesta. A partir de las ocho de la noche se recorre la calle Comercio con el muñeco que representa al “Ño Carnavalón”. La banda entona una melodía triste y las “viudas” lloran de manera picaresca. Se va leyendo en sitios estratégicos su Testamento, hecho por algunos mayordomos en secreto. En él salen a la luz cosas que no se sabían, o que se sabían, pero se transmiten en una forma exagerada y jocosa. La gente ríe burlonamente, otros se sienten ofendidos; sin embargo, todo se perdona por ser carnaval.
Cuando se llega al lugar apropiado se quema el muñeco como signo de que murió, por esta vez, el carnaval; las viudas bailan alrededor de él y después, todos alegremente, regresan al pueblo a comer y seguir bailando hasta el amanecer, culminando así el famoso gran Carnaval Bernalense.
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Por esto y mucho más, Bernal, es la Capital Regional del Carnaval de Piura. Bienvenidos, sean.