Las encuestas no se equivocaron: Nayib Bukele consiguió el 85% de votos que le asegura un periodo más al frente del gobierno de El Salvador. Muy lejos quedó con un segundo lugar el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional).
Si bien su victoria fue indiscutible y muchos presidentes ya lo han saludado, hay voces que advierten serios vicios en las elecciones y en el mismo gobierno de Bukele.
Para empezar, el hombre de barbita será el primer presidente en gobernar El Salvador por un segundo mandato consecutivo. La actual Constitución Política prohíbe la reelección inmediata; sin embargo, en una jugada poco santa, los jueces de la Sala de lo Constitucional —elegidos por la Asamblea Legislativa de mayoría ‘bukelista’— realizaron una controvertida interpretación para permitirle su candidatura.
Resultados antes de los resultados
“Este día, El Salvador ha roto todos los récords de todas las democracias en toda la historia del mundo”,dijo un emocionado Bukele al término de las elecciones. “Y no solo hemos ganado la presidencia, sino que hemos ganado la Asamblea Legislativa con 58 de 60 diputados, como mínimo”, afirmó ante la ovación de sus seguidores.
El detalle es que apenas se conocían los primeros resultados, y no había resultados oficiales del Tribunal Supremo Electoral.
La escasa oposición y muchos periodistas han cuestionado esta actitud. La periodista Ángela Patricia Janiot dijo en su cuenta X: “A esta hora no hay forma de saber cómo quedó integrada la Asamblea Legislativa. Bukele dijo ayer que su partido había ganado casi todas las curules, pero solo está computado el 5% de las actas de las votaciones y ni siquiera están completos los resultados de las presidenciales (…)’’.
La misma OEA, en un informe preliminar ha dicho que los comicios del domingo estuvieron marcados por“condiciones inéditas”. Y habla de cierta “inequidad en la contienda”.
El origen de la popularidad
Los índices de aprobación de Bukele llegan al 90%. Son lógicas las cifras alcanzadas en la votación.
Su popularidad es harta conocida. Durante su gobierno los niveles de violencia en El Salvador se redujeron a mínimos históricos. Los maras, temibles pandillas, aterrorizaron a la población durante décadas. Hasta el 2015 el país centroamericano llegó a tener el mayor número de homicidios per cápita en todo el mundo; ahora es uno de los más seguros de América.
«Bukele dijo ayer que su partido había ganado casi todas las curules, pero solo está computado el 5% de las actas de las votaciones».
Pero no todo lo que brilla es oro. Bukele ha recibido muchas acusaciones por detenciones arbitrarias de inocentes, abusos contra los derechos humanos, torturas y muertes de cientos de privados de libertad.
Por eso, en su discurso triunfal, el mandatario aprovechó para responder a la prensa y organizaciones internacionales que critican su estrategia de seguridad. “Dicen, algunos que no viven en nuestro país, que los salvadoreños viven oprimidos, que no quieren el régimen de excepción, que viven con miedo al gobierno (…). El pueblo salvadoreño habló, no solo fuerte y claro, sino de la manera más contundente en toda la historia de la democracia”, dijo hinchado de orgullo.
Poder absoluto
Si ya Bukele gobernaba envanecido por las cifras de aprobación ciudadana, existe el peligro de que ahora con su triunfo histórico empiece a dar muestras más claras de autoritarismo.
Los votos logrados y la gran mayoría de curules en la Asamblea Legislativa le otorgan un poder casi absoluto. No hay posibilidades del menor atisbo de oposición.
«El pueblo salvadoreño habló, no solo fuerte y claro, sino de la manera más contundente en toda la historia de la democracia».
Recordemos que el arma legal para lograr su política de seguridad, es el régimen de excepción que suspende las garantías básicas. La Constitución permite la aplicación de estas medidas por 30 días, prorrogables si los motivos que la generaron se mantienen. Bukele lo ha llevado al extremo y ya lleva más de 680 días.
El reelecto presidente de El Salvador se ha delatado solo. “Sería la primera vez que en un país exista un partido único en un sistema plenamente democrático. Toda la oposición junta quedó pulverizada. El Salvador este día ha vuelto a hacer historia”, dijo sin ruborizarse.