La imagen ha conmocionado al mundo: decenas de personas desesperadas por la hambruna en la Franja de Gaza terminan aplastando en parte un convoy para recoger comida y los soldados israelís abren fuego. El resultado: más de 100 palestinos muertos.
Dos días después de este trágico hecho, desde el secretario general de la ONU, António Guterres, a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han hecho sendos llamamientos internacionales a investigar uno de los episodios más graves en los casi cinco meses de guerra en Gaza.
Guterres ha dicho sentirse “horrorizado” por la matanza y ha puesto el énfasis en la “desesperación” de los civiles gazatíes, en particular en el norte de la Franja porque apenas llega ayuda humanitaria y cientos de miles de residentes presentan los índices más altos de desnutrición.
El secretario general de la ONU, en tanto, ha reiterado su llamamiento a “un alto el fuego humanitario y a la liberación incondicional de todos los rehenes”, en referencia a los israelíes en poder de Hamás.
Pero a la petición de una investigación se han sumado incluso las voces más cercanas a Israel, como su principal aliado, Estados Unidos, o Alemania, que provee armas al país.
También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha declarado “profundamente consternada” por la matanza y ha pedido que se realicen “todos los esfuerzos” posibles para “investigar lo sucedido” y “garantizar la transparencia” de dichas pesquisas.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha exigido por su parte una “investigación independiente inmediata” y que “los responsables respondan” por sus actos ante la justicia.