Luego de 93 días de silencio y sacadas de cuerpo a la prensa, la presidenta Dina Boluarte dio una conferencia de hora y media para informar sobre el viaje oficial que realizaron a China en junio último. Cinco de sus ministros viajeros, la acompañaron.
Al momento de la ronda de preguntas, cuando los periodistas pensaron acopiar respuestas firmes sobre temas importantes, se fueron de cara. Es decir, la dama de los Rólex siguió con sus evasivas.
Carta libre a delincuentes
Cuando se le preguntó si observará la ley que modifica la definición de organización criminal y obliga a que los allanamientos se realicen con presencia del involucrado y su abogado, respondió: «En términos generales, vamos a esperar a que el Congreso remita esta norma. En cuando la tengamos, los sectores estarán opinando. No es conveniente adelantar opinión». O sea, lavada de manos o respuesta tácita.
Cuando se le pidió su opinión sobre la ley que limita los alcances de los delitos de lesa humanidad, dijo, suelta de huesos: «Todavía no ha llegado al Ejecutivo. Esperemos, en el plazo correspondiente, que lleguen. Los sectores lo revisarán». Ni chicha ni limonada.
Desaparecer un minuto
Una total falta de respeto fue cuando se le preguntó por qué no viajó a la comunidad awuajún de Loreto tras conocerse que un grupo de profesores había violado durante años a niñas y niños. Simplemente guardó silencio y optó por ceder la palabra al ministro de Educación, Morgan Quero, para que se refiera a las acciones adoptadas por su sector en ese caso.
Boluarte tampoco quiso responder si se sometió a una cirugía estética que la llevó a desaparecer miles de minutos. Ante la pregunta, rio con nueva cara y dijo: «Ya quisiera desaparecerme un solo minuto y no hacer mi trabajo de presidenta». Luego, quiso atatarantar: «Estamos hablando de cosas tan importantes, como traer tecnología de China al Perú. A esas preguntas tendenciosas me refiero, que no ayudan y no generan interés en la población».
«Ya quisiera desaparecerme un solo minuto y no hacer mi trabajo de presidenta»
No rinde cuentas por Caso Rolex
Además, se negó a precisar cuántas joyas recibió de su “wayki” Oscorima. «Hoy estuvo aquí el gobernador de Ayacucho con aproximadamente 23 alcaldes. […] Desde acá mi saludo a mi amigo, a mi wayki», dijo, cachacienta, para luego evadir la respuesta.
«Con respecto a las preguntas de las joyas, los aretes y todo eso, está en la fiscalía. Nosotros estamos colaborando muy abiertamente con el Ministerio Público asistiendo a cada una de las diligencias. […] Estaremos asistiendo no solo por el tema denominado Rolex, sino por las otras tantas carpetas que me abre el Ministerio Público ante cada noticia que sale en alguna prensa», dijo.
Es grave que Dina Boluarte no responda o tome posición en temas cruciales para el país. Con esta actitud, demuestra dos cosas: que no quiere rendir cuentas de sus actos a la ciudadanía, a través de la prensa. Y sigue siendo rehén de un Congreso que la tiene amenazada con el cuchillo de la vacancia.