Ocurrió la noche del pasado 24 de mayo: la Policía Nacional del Perú logró la captura de Anthony Ezequiel Gerónimo Pérez, de 18 años, mientras se encontraba por la intersección de las calles Blanca Encalada y Tahuantinsuyo, en La Esperanza. En la intervención se logró incautar un teléfono celular, así como dos aparatos explosivos. El joven se encargaba de colocar explosivos para la extorsión de los ciudadanos.
Sin embargo, pese a que la Policía logró la confesión del intervenido, el Ministerio Público decidió ponerlo en libertad, causando de este modo la indignación del jefe del Grupo Especial contra la Criminalidad Nacional y Extranjera, coronel Víctor Revoredo Farfán.
Durante el interrogatorio, Gerónimo Perez confesó ante el coronel Revoredo haber sido quien detonó explosivos en las inmediaciones del restaurante “Pollitos Inka”, ubicado en la urbanización Los Granados de Trujillo. Además, el intervenido expresó haber recibido la suma de 150 soles por cometer el delito.
A pesar de las evidencias que incriminarían a Gerónimo Pérez, el Ministerio Público decidió dejarlo en libertad y le indicaron al joven infractor que deberá acudir cada vez que lo soliciten. Cabe resaltar que dicha decisión fue tomada debido a que el intervenido era menor de edad al momento de cometer el delito, el pasado 4 de abril, por lo que se le considera «inimputable».
La molestia del coronel Revoredo
No obstante dichos argumentos, el coronel Víctor Revoredo ha manifestado total rechazo a la decisión tomada por el Ministerio Público,
“Nosotros no hemos inventado esa operación. Nosotros no hemos colocado en ese celular las evidencias incriminatorias. Hay una persona, una señora de edad, que es la agraviada de esa pollería. Yo, como Víctor Alfredo Revoredo Farfán, acepto la responsabilidad que pueda originar esto. Rechazo rotundamente en este aniversario patrio que se nos dé la espalda a esta intervención”, manifestó Revoredo Farfán.