Escribe: Domingo Varas Loli
El más importante filólogo del siglo XX, Mijail Bajtin (Oriel, 1895- Moscú, 1975), fue durante su vida un eminente desconocido, un oscuro profesor del Instituto Pedagógico de Saransk cuya obra fue vetada por el estalinismo y relegada en las catacumbas hasta que en los años sesenta fue descubierta por Tzvetan Todorov y Julia Kristeva y reivindicada a escala universal. Este operativo de rescate de una de las más lúcidas y penetrantes teorías literarias y culturales ocasionó una “Revolución silenciosa” en la semiótica y el estructuralismo, dos disciplinas que estaban en boga en París desde donde se irradiaba las modas culturales.
¿Quién era este personaje que insularmente y desde la periferia de las grandes metrópolis alcanzó tal grado de erudición y la capacidad de abordar problemas estéticos y culturales tan sofisticados ante los cuales el marxismo exponía su burda teoría del realismo socialista? Bajtin tenía una personalidad muy difícil de encasillar: neokantiano, marxista, existencialista. Ninguna corriente del pensamiento lo había dejado indemne.
Había nacido en el seno de una familia acomodada pero venida a menos. El padre, que se desempeñaba como empleado de un banco, se preocupó por brindarle a sus hijos una educación de primer nivel. Muy poco se conoce de la infancia de Bajtin, excepto que su hermano ejerció un fuerte predicamento sobre él. Cuando eran adolescentes Nikolai indujo a a Mijail a leer a Nietzsche, Kiekegaard y Buber. Este último, al que calificó como “el más grande filósofo del siglo XX” dejó una huella indeleble en su formación.
Pero el estallido de la Revolución Bolchevique separó ambos destinos: Nikolai se refugió en Londres, donde trabó una estrecha amistad con el filósofo Ludwig Wittgenstein, autor del Tractatus Logico-Philosophicus, sobre el que tuvo una influencia notable. Bajtin, entretanto, culminó sus estudios de Filología en la Universidad de San Petersburgo (1918).
mijail bajtin vivió en el ostracismo en su país mientras su obra era aclamada por los más brillantes intelectuales europeos y norteamericanos.
En los primeros años de su carrera ejerció de maestro de escuela y en su época de plenitud intelectual en un instituto de provincias. Su magisterio intelectual, sin embargo, atrajo a las mentes más brillantes de esa época que integraron el denominado Círculo Bajtin. Entre ellos Pumpiansky, Marc Chagall, V. Voloshinov, M. Kagan y P. Medvedev. Entre los años 1918 y 1930, años en los que Rusia era un hervidero político e intelectual, Voloshinov publicó los libros El Freudismo (1927) y El marxismo y la filosofía del lenguaje (1929), P. Medvedev El método formal en la crítica literaria (1928) y Mijail Bajtin Problemas en la poética de Dostoievski (1929), en el que expone por primera vez su revolucionario concepto de dialogismo en la literatura, causando conmoción en el ambiente intelectual.
Estos libros contenían los aportes del Círculo Bajtin, por eso no se preocuparon por determinar la autoría individual. La crítica malsana urdió una leyenda negra contra el valetudinario filólogo, acusándole de apropiarse de las ideas de sus colegas Voloshinov y Mevdev. Ninguno de los involucrados corroboró o desmintió esta versión y tras la muerte de Voloshinov, víctima de la tuberculosis en 1939, y de Medvedev fusilado por ucase de Stalin se propagó esta versión que alimenta la morbosa curiosidad de la gente. El estigma de plagiario lo ha acompañado como ominosa sombra hasta la actualidad.
La tragedia y el ostracismo
La azarosa vida de Bajtin estuvo cercada por la tragedia y el malentendido. Sufrió de una ostomielitis crónica que le causó la amputación de una pierna en 1940 y una fragilidad que sobrellevó acompañado de su esposa Elena Alexandrovna Okolovich.
Más de una década y media vivió en el exilio en el lejano pueblo de Kustenai, en la frontera sur de Siberia, condenado por su apoyo a una facción disidente de la Iglesia ortodoxa rusa, que se negaba a someterse al estado bolchevique laico. En el destierro escribió su opera magna La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El contexto de Francois Rabelais (1940) que permaneció inédita hasta 1965.

No tuvo la suerte de acceder a una cátedra y su Rabelais presentada como tesis de doctorado fue rechazada hasta en dos oportunidades por una universidad de Moscú en la década de los años cuarenta. “El más importante pensador soviético en los dominios de las ciencias humanas y el más grande teórico de la literatura del siglo XX” (Todorov) vivió en el ostracismo en su país mientras su obra era aclamada por los más brillantes intelectuales europeos y norteamericanos. Los últimos siete años de su vida vivió en un modesto departamento de Moscú dedicado a la edición de sus obras. Sus vecinos jamás imaginaron que su teoría sobre la polifonía y la carnavalización lo convertirían en una de las figuras más trascendentes del siglo y su pensamiento cautivo en una industria cultural.





