Un reportaje que sacudió la escena política nacional fue el que presentó el programa dominical “Panorama” donde se reveló que dos colaboradores eficaces han acusado al comandante general de la Policía Nacional del Perú (PNP), Víctor Zanabria Angulo, de presuntamente servir ilegalmente a mineros formales e informales cuando era jefe de la Región Policial de Arequipa.
Juez y parte
Según los testimonios obtenidos por el Ministerio Público, el general Zanabria Angulo habría hecho pactos con mineros formales e informales que operan en la zona de Atico para brindarles protección.
Las declaraciones exponen que, el entonces jefe de la Región Policial de Arequipa alertaba a ciertos grupos antes de que se lleven a cabo los operativos policiales para facilitar que estos puedan emprender su fuga.
«El general Zanabria arreglaba con todos, con ambos mandos […] Por eso, antes de que nos vengan a detener, nos avisaban. Sabíamos cuando subía la PNP y todos fugábamos», expresó uno de los hombres que fue parte de los grupos criminales que mataban por dominar las concesiones de oro y que actualmente es colaborador eficaz.
El programa mencionó que Zanabria habría facilitado el uso de efectivos policiales como una especie de «chalecos» durante un conflicto entre la empresa Intigold Mining S.A. y el consorcio Calpa Renace. Los agentes habrían protegido las tierras en disputa a cambio de pagos.

Su propia gente lo delata
Otro de los colaboradores eficaces es un policía, que asegura que hay otros oficiales y suboficiales como él que se encuentran declarando contra el actual jefe de la PNP ante la Fiscalía.
«Afirmo categóricamente que sí, él es un integrante de una organización criminal […] Él desconoce la cantidad real de los efectivos policiales, tanto oficial como suboficiales, que están declarando estos hechos», expresó.
En esa línea, el colaborador reveló que Zanabria Angulo recibió pagos en efectivo y en oro, los cuales percibía directamente tras emprender viajes a la zona de conflicto.
«Él cobraba directamente. Él viajaba todas las semanas, cada quince días, en forma directa a la zona de conflicto […] (Se le pagaba) en efectivo y en mineral, en oro», detalló.

Presuntos pactos
Los informantes refieren que en la zona de conflicto se simulaban ataques para justificar la permanencia del Estado de Emergencia, y que de esta manera se asegure la constante presencia de la Policía. Dicha estrategia habría permitido que los beneficiarios mantengan el control del territorio minero.
«(¿Se creaban falsos ataques?) Así es, que se registraban en los cuadernos de ocurrencias o las denuncias de las comisarías del sector para de esa manera poder justificar tener el Estado de Emergencia permanente», indico.
A detalle, explicó que los agentes de seguridad solían atacarse ellos mismos o dejar casquillos percutados en ciertos puntos para así poder denunciar en la comisaria del sector que habían sido atacados.
