Escribe: Omar Aliaga
Qué lejos se ve hoy la imagen triunfante de los Acuña trayendo a Trujillo el fichaje de Paolo Guerrero, como si fuese su preciado trofeo de guerra. El club Universidad César Vallejo, que en ese momento parecía aspirar a todo y lograr su primera estrella en el fútbol peruano, hoy pelea en la parte baja de la tabla y se hunde en una situación plagada de incertidumbre.
Con Guerrero en la congeladora, esperando la resolución final de su contrato luego de un paso pálido y problemático por el club; con la frustrada llegada de Christian Cueva, que sin embargo se llevó por delante al DT «Chicho» Salas; pese al gran dispendio de dinero que hizo la Universidad César Vallejo al inicio de esta temporada, el escenario es terrible y solo se puede hablar de un rotundo fracaso, un gran fiasco.
Insisto: qué lejos se ve ese momento triunfante en que Guerrero era presentado con la camiseta de Vallejo. Richard Acuña y su padre hacían ostentación de poder, de plata como cancha.
luego de ver lo ocurrido este año con Vallejo, esperamos -sinceramente- que Richard Acuña no llegue a la FPF.
Y por eso decían entonces que Richard Acuña había demostrado dotes de gran gestor deportivo, de negociador futbolístico de polendas. Decían que ya estaba listo para llegar a la presidencia de la Federación Peruana de Fútbol, su gran ambición, según quienes lo rodean. ¿Qué podemos decir ahora?
Pues que la dirigencia vallejiana ha sido un gran fiasco, y ha quedado refrendado con la reciente jugada fallida de Cueva, ese mediocampista talentoso que, lamentablemente, se cansó de hacer papelones fuera de la cancha y es hoy más un exjugador.
Por ello, luego de ver lo ocurrido este año con Vallejo, esperamos -sinceramente- que Richard Acuña no llegue a la FPF. Ya bastante mal está la selección peruana de fútbol. No queremos que le pase cosas peores, como lo que vemos hoy desde el Congreso, donde la misma dirigencia vallejiana hace de las suyas.