La MML, en un comunicado, expresó su más firme rechazo ante lo que llama “maniobras políticas orquestadas para frustrar lo que debía ser un acto protocolar de respeto institucional, como lo es el saludo del alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, al Papa León XIV”.
Este encuentro estaba previsto para el miércoles 17 de setiembre durante la Audiencia General en el Vaticano.
Según el comunicado, lejos de tratarse de una omisión casual, hay indicios de una presunta “emboscada diplomática cuidadosamente diseñada, con participación de sectores del Gobierno central y operadores mediáticos afines al oficialismo, con el único fin de dañar la imagen del alcalde de Lima y del propio municipio capitalino ante la comunidad internacional”.

Las llaves que no se entregaron
La MML va más allá y expone la “estrategia” coordinada desde el entorno de la Cancillería peruana. Esta estrategia consistía en garantizar el ingreso del alcalde y su delegación a la Audiencia (pases ya confirmados oficialmente por la Prefectura de la Casa Pontificia), para luego excluir deliberadamente al alcalde del momento protocolar de saludo al Papa, favoreciendo a otras personas designadas por la embajada del Perú en el Vaticano.
¿Cuál sería el objetivo? Según la MML, este acto “buscaba fabricar la falsa impresión de un desaire por parte del Papa León XIV hacia la máxima autoridad de Lima”.
Frente a este escenario, López Aliaga decidió cancelar su participación en la audiencia y adelantar su viaje a Washington, para asistir a una diligencia contra la empresa Odebrecht.
En su viaje a Roma, Rafael López Aliaga llevaba dos obsequios para el papa: las llaves de la Ciudad de Lima y un Varayoc andino. Como no pudieron ser entregados, han sido encargados a la embajada del Perú en Italia, a la espera de una futura audiencia.





