domingo, diciembre 28, 2025
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¡El PcP, avanza! ¡Alerta, peruanos que aman el país!

Un partido muy poderoso afila sus garras para jugárselas con todo en estas elecciones presidenciales. Es un gran peligro para el país, y sus "líderes" se pasean a vista y paciencia de los peruanos. ¡Alerta, peruano!

Las metas a corto plazo son varias, y el horizonte del copamiento en común es uno solo; y no tardarán en llegar. Más de 200 años de historia avivan el fuego de esta promesa, y confirman la línea del PcP: ¡El poder nace del joder!  

Cuántos camaradas, compañeros, correligionarios, colegas y hermanitos del PcP padecieron el susto de la justicia de lo éticamente correcto, del Estado de derecho y de los Derechos Humanos. Persecuciones y amagues de encarcelamiento, fue el precio que pagaron los valerosos alfiles de las pragmáticas palancas que mueven el motor de este país. Lo enemigos a la línea histórica del PcP, persisten en la estrafalaria fantasía de ser una república con ciudadanos y unos ciudadanos con república, es decir, de enderezar el árbol torcido. No han entendido un ápice de la máxima hobbesiana de que el hombre será siempre lobo del hombre; se han enternecido con las mieles de la democracia liberal, olvidándose del imperativo maquiavélico de gobernar para cosechar temores y no amores. En cambio, el PcP, no ha arriado estas banderas, y basados en la sentencia aristotélica de que la política es el arte de lo posible, asume como piedra fundante de su ideario que, lo único posible en este bicentenario país, es el consecuencialismo deshonesto.    

Basados en el principio del realismo sin límites, en el PcP (Partido Corrupto del Perú), se asume que sin la coima no hay obra; que, sin padrinazgo, no hay cargo; que la plata llega sola; y ciprianísticamente, reafirma que los derechos humanos son una cojudez; y que, a estas alturas, como dijera un vigente político, no hay cabida para pelotudeces democráticas. Para sostener los altos propósitos de su misión política, se ha corregido y superado las bases ideadas por el patriarca Alberto; el poder no consistía en comprar y mandar a grabar a repulsivos congresistas. Craso error de diseño; la ética del PcP lo tiene bien claro: la igualdad de trato entre corruptos es una condición necesaria e histórica del equilibrio estratégico.



En este último lustro se han limado asperezas, dando como fruto el esquema de gobierno que ofrece el PcP. Retorciendo un tanto la doctrina lockeana, se decidió que la mesa de directiva del poder legislativo, era el mayor de los poderes del Estado. Como línea estratégica, se acordó en insistir de que los intereses de unos y de otros, si se oponen, entonces se hermanan bajo la regla del trueque. Operativamente, cuando el cuasigolpista estuvo tras las rejas, dieron el respaldo a una señora que, a cambio de 1200 soles diarios, estaría dispuesta a hacer el ridículo, y también, aparentemente, a gobernar.     

El PcP, sabe que el principal obstáculo para la unicidad, es que sus militantes no forman parte de un mismo cuerpo; pero lo que importa es el alma –han señalado sus insignes operadores–, esta atraviesa a todos los partidos, movimientos, frentes, hordas, células y cachinas partidarias. Por eso, más que un partido, el PcP es una hermandad. No importa la camiseta; la pasión es una sola: robar. Lo ocurrido en la mesa de los directivos es el ejemplo palpable: se han empernado, rojos, azules, verdes, naranjas, amarillos y demás puchos. ¿No basta, acaso, ver los denodados esfuerzos y sacrificios que hace el hermanísimo de quien escapó en un auto alias “El cofre”?

Ideológicamente, el PcP apela al endosamiento a terceros. Es decir, lo que ocurre por acción viciosa o por omisión a lo decente, de parte sus miembros, se explica por la caviarización. Que si la chatarra no corre, es culpa de unos túneles caviares que no están a la altura; que si hay 70 congresistas investigados, seguramente una plaga caviar ha infestado la fiscalía; que si la sociedad se opone a las leyes pro crimen, los caviares son los agitadores; que si se están en la mira dignos parlanchines robasueldos, el pecado lo tiene la prensa caviar; que si no reponen a la señora con siete denuncias constitucionales en la fiscalía, caviaraje a la vista; y no se diga más, del 0% de aprobación presidencial, porque evidencia con claridad, el poder caviar.  

Las reglas de las próximas elecciones auguran la polinización de los militantes del PcP en todas las fuerzas políticas, ya lo decía el histórico camarada: “no importa el color; lo que interesa es que bailen los ratones”. Ellos serán los mil ojos y mil oídos del Partido, asegurando de esa manera, un lustro más del poder con “J”.

PD.- El Partido Corrupto del País (PcP) invoca a seguir firmes en la creencia de que “los pueblos merecen los gobernantes que eligen”. No cambie de canal. ¡La victoria final está cerca!

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