Escribe: Lucho Caro
La historia de esta celebración se remonta a 1908, cuando un grupo de mujeres trabajadoras de la industria textil en Nueva York marcharon para demandar mejores condiciones laborales y el derecho al voto. En 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, se propuso la idea de un día internacional para honrar la lucha de las mujeres, lo que llevó a la primera celebración oficial en 1911 en varios países europeos.
Hoy en día, el 8 de marzo es un día de reflexión y acción, que recuerda no sólo los logros alcanzados, sino también los desafíos que aún persisten. Este día simboliza la lucha por la igualdad de género y la eliminación de la discriminación y la violencia contra las mujeres.
A nivel global, numerosas mujeres líderes han emergido a lo largo de la historia, luchando incansablemente por la libertad y la igualdad de derechos. Desde activistas de derechos humanos hasta políticas influyentes, su valentía y determinación han inspirado a generaciones a continuar la lucha por un mundo donde todas las mujeres puedan vivir libres de discriminación y violencia.
En el Perú, Giulia Tamayo León fue una abogada destacada por su defensa de los derechos de las mujeres, especialmente de aquellas indígenas afectadas por la esterilización forzada. Desde su trabajo en el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, donde dirigió programas de asistencia a víctimas de violencia de género, lideró campañas para detener estas prácticas inhumanas y reveló abusos cometidos durante el gobierno de Alberto Fujimori. Su activismo le valió amenazas de muerte, lo que la llevó a exiliarse en España y trabajar con Amnistía Internacional, donde investigó casos de violencia sexual en conflictos armados y documentó la situación de mujeres y niñas en Haití tras el terremoto de 2010.
A lo largo de los años, la percepción de este día ha evolucionado, influenciada por factores culturales y políticos.
A lo largo de su carrera, Tamayo fue una voz importante en la lucha por la justicia y la protección de los derechos humanos, contribuyendo significativamente a visibilizar la violencia y discriminación que enfrentan las mujeres en diversas circunstancias. La abogada y activista falleció a los 55 años de edad en Montevideo el 9 de abril de 2014.
La abogada Anshella Díaz comparte su perspectiva sobre el significado de este día, enfatizando que es un momento para reconocer los avances hacia la emancipación femenina, pero también para reflexionar sobre la persistencia del machismo en nuestras creencias y sistemas de educación.
Díaz destaca la importancia histórica de esta fecha, recordando el valor y la valentía de las mujeres que lucharon por los derechos que hoy disfrutamos. La libertad, enfatiza, comienza en nuestro interior: es la capacidad de elegir y de establecer límites.
A lo largo de los años, la percepción de este día ha evolucionado, influenciada por factores culturales y políticos. Díaz señala que las experiencias de las mujeres varían significativamente según su contexto, y subraya que los logros en igualdad de género deben ser analizados críticamente.
En el ámbito legal, menciona que la presencia de mujeres en altos cargos de gobierno es un avance significativo, aunque muchas aún enfrentan obstáculos. La abogada resalta la necesidad de promover la dignidad y los derechos de las mujeres, especialmente en situaciones de extrema pobreza, y aboga por una educación que empodere a las más vulnerables.
Anshella Díaz concluye con mensajes de aliento para las futuras generaciones: «No pierdas la fe, cree en ti y no te conformes». Además, subraya que los servidores públicos deben actuar con pasión y empatía para generar cambios significativos en la sociedad.
Este Día Internacional de la Mujer nos invita a todos a asumir la responsabilidad de no ser indiferentes ante la injusticia y a trabajar juntos por un futuro más equitativo.