Escribe: Jorge Flores Chávez
En la última Feria Internacional del libro de Trujillo versión 2025, se presentó un libro llamado: Vallejo a solas. Divagaciones de un profano, del poeta más destacado de nuestra región, el médico de carrera, Ángel Gavidia.
El título desde ya nos llama como una palmada por el hombro; ¿profano en poesía este poeta? Es desde luego, un gesto de modestia muy socrática que valoramos quienes conocemos al poeta. Modestia muy serrana, muy santiaguina, muy vallejiana.
Siempre que compro un libro relacionado al poeta, termino valorándolo por cuánto me sirvió la información que en ellos encuentro. Salvo cuatro libros, menos mal de autores peruanos, muchos de ellos sirven de poco pues contienen datos muy difundidos. Es difícil encontrar una pepita de oro; la criba es lenta y tormentosa.
Este libro, no; contiene una veta interminable que se adelgaza y de pronto se ensancha para brindarnos oro puro que, con su brillo especial, puede tranquilamente ser el libro de cabecera de cualquier estudioso de la obra del poeta.
La vieja teoría de la estética de la recepción, de Jauss, nos dice que interpretar a un poeta, debe hacerse desde los insumos que estos tienen: su código estético personal, prejuicios, ideología, costumbres y cosmovisión. Particularmente lo intento desde estos dos últimos, y a veces cuidando en no ser “demasiado audaz o casi temerario”. Lo pensé en un momento: ¿qué pasaría si los hace un poeta respetado y con esos pensamientos filosóficos y metafísicos como Gavidia?
Gavidia nos ofrece en bandeja de plata su parecer. Su cultísima visión de las madres de algunos poetas y la del cholo, o las comparaciones con otras sensibilidades poéticas del mundo
Hoy al leer Vallejo a solas, contemplo mi deseo realizado.
Gavidia, poeta admirado, estudia al Shulca en muchas situaciones que revisten dilemas e intríngulis, para muchos estudiosos de su obra, por el personalísimo código estético del poeta universal.
Cuánto he gozado al leer en el papel, registradas nuestras costumbres, nuestras vivencias cotidianas y que dan margen a ser citadas por su excelente validez.
Sobre el endiablado poema XXXII de Trilce y su enrevesado: “999 calorías// Rumbb Traaparrr rrach…chaz// Serpentínica u del biscochero// enjirafada al timpano”, que Gavidia nos ofrece en bandeja de plata su parecer. Su cultísima visión de las madres de algunos poetas y la del cholo, o las comparaciones con otras sensibilidades poéticas del mundo, dichas desde el punto de vista de Gavidia…
Gamoneda me dijo, en su última visita a Trujillo, que las limitaciones de cosmovisión no permiten críticas contundentes sobre Vallejo. Ángel Gavidia nos ofrece una perspectiva universal, completa. Es ahora un crítico, que nos ofrece su código estético personal, sus prejuicios, sus costumbres y una cosmovisión muy parecida al de nuestro estimado César Vallejo. Leer este libro se torna imprescindible para los seguidores de Vallejo y quienes deseen acercarse al poeta, salvo mejor parecer, digo es solo un decir…





