De acuerdo al informe de la organización PEN America, dedicada a la defensa de la libertad de expresión y los derechos humanos, cerca de 4.000 libros fueron prohibidos en instituciones educativas durante el año escolar 2024–2025.
Durante este tiempo se registraron casi 7000 casos en los que libros en escuelas públicas fueron retirados, restringidos o puestos bajo revisión en 23 estados del país.
Entre las obras retiradas de las bibliotecas escolares se encuentran algunos de los títulos más importantes de la literatura iberoamericana, entre ellos dos joyas literarias del Nobel colombiano Gabriel García Márquez: Cien años de soledad y El amor en los tiempos del cólera.
Además de las dos obras de Gabo, en la lista negra están Isabel Allende con La Casa de los espíritus, Ray Bradbury con Fahrenheit 451, Stephen King y Sarah J. Maas. Incluso una adaptación gráfica del Diario de Ana Frank fue retirada de escuelas en Tennessee.
El asunto es grave
En algunos casos, la censura de un solo título lleva al veto de toda la producción del autor, es decir una “nueva Letra Escarlata” moderna contra la literatura y el libre pensamiento.
Las autoridades justifican este accionar en función de proteger a los menores de “material inapropiado”.
Docentes y activistas han denunciado un retroceso cultural sin precedentes. Para PEN America, este acto representa un “disparo exponencial nunca antes visto por los estadounidenses en su historia”.
Al parecer, esta censura obedece una campaña ideológica impulsada principalmente por grupos conservadores que buscan limitar el acceso a obras que, según su criterio, abordan temas como la diversidad racial, la identidad de género, la migración, la sexualidad y los derechos de la población LGBTIQ+.
