El Instituto Bartolomé de las Casas, fundado por el padre Gutiérrez, a través de sus redes sociales, comunicó el fallecimiento del sacerdote dominico y le agradeció por su trabajo “en favor de los pobres y los descartados por la sociedad”.
“Con profundo dolor, comunicamos que esta noche ha partido nuestro querido amigo y fundador Gustavo Gutiérrez. Damos gracias a Dios por su vida y su amistad. Su obra y trabajo en favor de los pobres y los más descartados de la sociedad seguirá iluminando el camino de la Iglesia por un mundo más justo y fraterno. ¡Gracias, Gustavo!”, dice el comunicado.
Un hombre brillante
Gustavo Gutiérrez Merino Díaz nació en Lima un 8 de junio de 1928. Sus padres fueron Gustavo Gutiérrez y Raquel Díaz.
Desde muy pequeño fue afectado por la osteomielitis que le duró hasta la adolescencia. Desde los 8 hasta los 18 la pasó postrado en su cama o en una silla de ruedas.
Una vez restablecido de esta dolorosa infección, estudió medicina y letras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcosy en la Pontificia Universidad Católica. En esa época se unió al movimiento de Acción Católica y desde ahí comenzó a dar sus primeros pasos en la reflexión de la palabra y en la evangelización. Aquí fue donde se percató de la verdadera y dura realidad en la que vivían los peruanos menos favorecidos.
Viajó a Europa a realizar estudios en Teología. Pasó por la Facultad Teológica de la Lovaina (Bélgica) y en la de Lyon (Francia). Llegó a ser catedrático de grandes universidades del mundo como las de Michigan, Cambridge, Montreal, Harvard, Comillas, Berkeley, Layon, Sao Paulo, Sophia (Tokio), entre otras.
Tras su regreso de estudiar teología en Europa, se desempeñó como párroco en el distrito del Rímac, donde convivió con los más desposeídos, experiencia que alimentaría su reflexión y compromiso social.
En 2018, el Papa Francisco le envió una emotiva carta por sus 90 años, reconociendo su inmenso aporte a la Iglesia y a la humanidad: “Gracias por cuanto has contribuido a la Iglesia y a la humanidad, a través de tu servicio teológico y tu opción preferencial por los pobres y los descartados de la sociedad”, decía la misiva.
La opción por los pobres
Su obra más conocida, ‘Teología de la liberación. Perspectivas’, publicada en 1971, dio un vuelco a la teología contemporánea, pues en ella llamaba a la acción social desde la fe, y hacía una crítica profunda al orden social y económico imperante.
En este libro, Gutiérrez anunció el mensaje cristiano en un mundo marcado por la injusticia estructural, defendiendo la opción preferencial por los pobres. En ese sentido, considera que el mayor pecado de esta situación es una estructura social injusta. “La pobreza es para la Biblia un estado escandaloso que atenta contra la dignidad humana y, por consiguiente, contrario a la voluntad de Dios”, dice en sus páginas.
«La pobreza es para la Biblia un estado escandaloso que atenta contra la dignidad humana y, por consiguiente, contrario a la voluntad de Dios»
Sus detractores acérrimos
El pensamiento del padre Gustavo Gutiérrez se extendió por diversos países y generó adhesiones y debates dentro y fuera de la Iglesia Católica. Recibió críticas de algunos sectores conservadores del Vaticano durante los años 80, pero Gutiérrez mantuvo siempre diálogo abierto con las autoridades eclesiales, llegando a reformular algunos aspectos de su obra, sin renunciar a su compromiso con los más necesitados.
Sus más visibles críticos fueron los miembros del Opus Dei, entre ellos el ex cardenal Juan Luis Cipriani, quien siempre le pidió que se rectifique. Incluso se cuenta que dejó de ser diocesano y se convirtió en Dominico para escapar de los designios de Cipriani, quien quería silenciarlo.