Escribe: Omar Aliaga
La historia trepidante y hasta farandulera que tuvo en vilo a todo un país llegó a su fin con un desenlace que favoreció al club Universidad César Vallejo. Y, nos guste o no, la foto final de la ‘novela’ de Paolo Guerrero y Vallejo nos muestra a los Acuña con el puño en alto, en una ostentosa exhibición de poder.
Richard Acuña, sobre todo, dio un salto cualitativo en lo que es, a todas luces, su mayor ambición inmediata: convertirse en presidente de la Federación Peruana de Fútbol. Las negociaciones con Guerrero terminaron con el hijo de César Acuña triunfante, con el pecho erguido, recibiendo la mano amistosa de Paolo Guerrero. No es exagerado: la cabeza de nuestro histórico 9 parecía un trofeo de guerra para el hijo del gobernador de La Libertad.
Sin embargo, para esta victoria acuñista fue importante el apoyo de dos hombres claves. Se trata de el DT de la selección peruana, Jorge Fossati, y el dirigente mayor del fútbol peruano, Agustín Lozano. Aquí les contamos cómo fue que ellos terminaron inclinando la cancha a favor de los Acuña.
La llamada de Fossati
Cuando Paolo Guerrero aún se encontraba en Brasil, después de haber soltado la bomba de su negativa de venir a jugar a la Vallejo, recibió una llamada fundamental. El DT Jorge Fossati ya había declarado en los medios que lamentaba lo que ocurría con el caso Guerrero y que en la selección jugaría quien estaba en actividad.
Dos días antes de que el ‘Depredador’ llegue a Lima sostuvo una comunicación con Fossati. En esta llamada el entrenador de la selección le dio su parecer y su sugerencia en torno a la resolución del contrato con el equipo trujillano.
«Entiendo que Lozano lo llama para explicarle las consecuencias de no respetar el contrato, las complicaciones que tendría en el tribunal y cómo eso complicaría la posibilidad de jugar después».
Edward Alva, periodista deportivo
Edward Alva, periodista deportivo trujillano, confirma lo de la llamada. La información que él pudo corroborar indica que el DT uruguayo «estaba interesado en que Guerrero resuelva su situación» y lo llamó justamente para instarlo a que tome una decisión conveniente.
«Recordemos que una o dos semanas antes Fossati dijo bien claro que quien no estaba en actividad no iba a ser convocado», dice Alva.
La presencia de Lozano
En medio de las informaciones sobre la llegada de Paolo Guerrero en Lima y las posteriores reuniones con la dirigencia de la UCV, hubo un dato que no fue muy atendido por los medios, si bien sí fue mencionado. El presidente de la FPF, Agustín Lozano, estuvo presente en la primera reunión entre Guerrero y Richard Acuña.
También participó en la segunda reunión, pero esta vez solo por llamada telefónica.
Hay un dato más, sin embargo, que remarca Edward Alva: Lozano también llamó a Guerrero cuando estaba en Brasil. ¿La razón? Alva responde así:
«Entiendo que Lozano lo llama para explicarle las consecuencias de no respetar el contrato, las complicaciones que tendría en el tribunal y cómo eso complicaría la posibilidad de jugar después… Es lo que creo».
Eso explicaría por qué el ‘Depredador’ llegó a Perú con los ánimos más apaciguados. Se reunió con esos «tipos» (así los llamó antes) y fue más dócil en la negociación.
Richard lo tenía claro
Richard Acuña ha hecho exhibición de talante dirigencial y hasta temple de negociador nato. Quizás la experiencia que tiene como negociador en las bancadas del Congreso (según lo confirman en Alianza Para el Progreso) estos años le ha dado la expertise suficiente.
Lo cierto es que el hijo de César Acuña se mantuvo firme desde el comienzo y tuvo clara la situación hasta el final. Según fuentes cercanas a la dirigencia vallejiana, Paolo Guerrero quiso incidir en un inicio de la reunión en la resolución del contrato firmado, pero Acuña lo detuvo de plano y no se habló más del tema.
Richard Acuña estaba convencido de que la resistencia de Guerrero a cumplir su contrato no estaba motivada principalmente por las amenazas a Doña Peta, su madre. Las amenazas eran atendibles, pero para el presidente de la UCV la intención era irse a otro equipo: Alianza Lima.
El club íntimo lo negó en todos los idiomas, pero no olvidemos lo que dijo en su momento quien soltó la primicia que dio inicio a la ‘novela’. El periodista de ESPN, Franco Lostaunau, reveló el domingo 11 de febrero que el delantero peruano no quería ya jugar en la Vallejo, pero además soltó un dato más: otro equipo lo pretendía.
“Me acaban de decir hoy, domingo 11, que la llegada de Paolo Guerrero a la UCV no está confirmada. Algo ha pasado en esta semana que el jugador no se ha sentido cómodo y parece que no quiere ir a la Vallejo. Esto ha hecho que un club grande de Lima se entere y quiera contar con él. Ya se imaginarán de qué club estoy hablando”, fue lo que contó Lostaunau aquella vez.
Lostaunau, cabe precisar aquí, trabajó años atrás en el club aliancista.
En Lima, todos los periodistas deportivos sabían que detrás de la ‘novela’ entre Guerrero y la Vallejo estaba Alianza Lima esperando en silencio. Richard Acuña lo sabía perfectamente, por eso su actitud de no ceder un centímetro hasta el final. Y terminó ganando la partida. Se le notaba el triunfo en su cara el jueves cuando arribo junto al ‘Depredador’ al aeropuerto Carlos Martínez de Pinillos y lo llevaba en su camioneta blanca por las calles de Trujillo.