Escribe: Omar Aliaga
Wilmer Sánchez, alcalde del distrito La Esperanza, y aliado durante todos estos años de Elías Rodríguez, ha decidido separarse de él políticamente. Ambos eran cercanos desde los tiempos en que tenían la estrella del Apra en el pecho, desarrollaban sus campañas al alimón y se sostenían con reciprocidad, digamos. Luego, cuando Elías Rodríguez se fue del Apra, fundó Trabajo Más Trabajo y uno de sus alfiles fue precisamente Wilmer Sánchez, su amigo.
Desde los tiempos del Apra, Sánchez buscó ser congresista o alcalde de La Esperanza, y siempre se quedaba fuera por muy poco. El exhombre fuerte de Techo Propio (en donde fue embarrado por acusaciones de malos manejos) no tiene habilidades políticas, precisamente, ni puede articular un discurso más o menos decoroso, pero recursos no le faltan, vamos. Y, como se sabe, esa es hoy una razón fundamental para ganar o intentar ganar elecciones.
Lo logró, finalmente, con Trabajo Más Trabajo, junto a Elías Rodríguez, en las pasadas elecciones. Así llegó a la alcaldía de La Esperanza.
Hace meses que los rumores indicaban que Sánchez dejaría la “T”. El mismo Elías Rodríguez lo adelantaba cada vez que era consultado sobre el tema. Ahora el rumor se hizo realidad.
A Rodríguez habría que recordarle una ley de la vida: cuando te juntas con amigos por conveniencia e interés, estos “amigos” se irán por las mismas razones
Rodríguez ha sentido el golpetazo: le ha dicho un poco de todo a su exaliado, al punto que ha sacado a la luz temas personales que seguramente el hoy alcalde esperancino le comentó en privado, vaso en mano. Pero la bronca de Rodríguez ha sido fulminante.
Rodríguez está seguro que la partida de Wilmer Sánchez se debe al “chantaje” de César Acuña, a cuyo partido cree irá a parar su exaliado. El líder de la “T” dice que Acuña lo condiciona con el presupuesto que maneja como mandamás de la región. Y parece hablar con conocimiento de causa.
Recordemos que Elías Rodríguez fue congresista durante largos años, y era muy conocido por andar con los alcaldes de la sierra liberteña rompiendo el champancito, hermanito, con cuanta obra era posible. Rodríguez presidía incluso la Comisión de Presupuesto del Parlamento en aquellos años. Tenía, digamos, cierta capacidad de maniobra sobre la billetera nacional.
A Rodríguez habría que recordarle una ley de la vida: cuando te juntas con amigos por conveniencia e interés, estos “amigos” se irán por las mismas razones, esto es, la conveniencia y el interés. Es decir, la alianza se mantendrá hasta que la plata los separe.
Como al parecer ha ocurrido ahora.
