Si me quitaran totalmente todo
Si me quitaran totalmente todo
si, por ejemplo, me quitaran el saludo
de los pájaros, o de los buenos días
del sol sobre la tierra
me quedaría
aún
una palabra. Aún me quedaría una palabra
donde apoyar la voz.
Si me quitaran las palabras
o la lengua
hablaría con el corazón
en la mano,
o con las manos en el corazón.
Si quitaran una pierna
bailaría en un pie.
Si me quitaran un ojo
lloraría en uno ojo.
Si me quitaran un brazo
me quedaría el otro,
para saludar a mis hermanos,
para sembrar los surcos de la tierra,
para escribir todas las playas del mundo, con tu nombre
amor mío.
Canto coral a Túpac Amaru, que es la libertad
Lo harán volar con dinamita.
En masa, lo cargarán, lo arrastrarán.
A golpes le llenarán de pólvora la boca
Lo volarán:
…Y no podrán matarlo!
Lo pondrán de cabeza.
Arrancarán sus deseos, sus dientes y sus gritos,
Lo patearán a toda furia.
Luego lo sangrarán:
…Y no podrán matarlo!
Coronarán con sangre su cabeza;
sus pómulos, con golpes.
Y con clavos sus costillas.
Le harán morder el polvo,
Lo golpearán:
…Y no podrán matarlo!
Le sacarán los sueños y los ojos,
Querrán descuartizarlo grito a grito.
Lo escupirán.
Y a golpes de matanza lo clavarán:
…Y no podrán matarlo!
Lo podrán en el centro de la plaza,
boca arriba, mirando al infinito.
Le amarrarán los miembros.
A la mala tirarán:
…Y no podrán matarlo!
Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.
Querrán descuartizarlo, triturarlo,
mancharlo, pisotearlo, desalmarlo.
Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.
Al tercer día de los sufrimientos,
cuando se crea todo consumado,
gritando ¡Libertad!
sobre la tierra ha de volver.
¡Y no podrán matarlo!
En voz alta
No he de callar mordiéndome la vida,
callar con todo el cuello, muerto o vivo.
¡Debo decir palabras desolladas,
o taparme la boca con un grito
de sol, de paz, de amor. Es necesario,
trinar a plena luz, echarse el alma
a la esperanza, alzarse hacia la vida.
Es necesario un vuelo de campana
doblando a sol. A paz en sol mayor.
Ya que esta herida del Perú nos habla
con la voz de la sangre tinta en furia.
No he de callar mordiendo mis palabras.
Debo gritar: caer de boca al viento.
Sosteniendo una luz y una tonada.
Y no callar: caer de voz al tiempo
con la boca cerrada y empozada.
Alejandro Romualdo Valle Palomino
Nació en Trujillo, en 1926. Estudió Literatura en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. “La torre de los alucinados”, su primer libro de poesía, ganó el Premio Nacional de Poesía en 1949. Gracias a una beca de Cultura Hispánica viajó a España para estudiar en la Universidad de Madrid en 1952 y1953.
Regresó a Lima, y orientó su obra hacia la poesía social. Se dedicó al periodismo, colaboró en La Crónica y La Prensa, y en las revistas Cultura Peruana e Idea.
En 1965 viajó a México y Cuba. De regreso al Perú fue profesor durante décadas de la Universidad de San Martín de Porres.
En 1976 ganó el premio del Festival OTI con su poema titulado ‘Quiero salir al sol’.
Entre su obra narrativa destaca “La torre de los alucinados”, “El movimiento y el sueño”, “Cuarto mundo” y “Mapa del paraíso”. Su composición más conocida es Canto coral a Túpac Amaru.
Murió en Lima, en 2008.