lunes, septiembre 16, 2024
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Hora de leer: Tres poemas del escritor Josué Vallejos

Solo quiero calmar mi sed en tus arroyos
como un soldado de la paz en los desiertos palestinos
luchar con los gigantescos imposibles de tu mente
aplastarlos con las plantas de mis pies
extirparlos como se arranca la mala hierba del arrozal
pastar en tus apriscos de leche y miel
y cada mañana disfrutar del maná de tu sonrisa.
Solo quiero transformar tu software
dejar en tu bloc de notas mis ideas y mi corazón
modelar tu hardware en mis manos de ensamblador
besar tu microchip y enredarme en tus circuitos
hasta la evolución de tu inteligencia en el roce con la eternidad
correr juntos lo que resta del camino de la globalización
apagar el fluido eléctrico y olvidar lo artificial
detener el tiempo unir nuestros circuitos
y echar a andar nuestros hijos como la arena del mar
Solo quiero matar a la gran serpiente del origen
alimentarnos del fruto prohibido sin culpabilidad
recorrer tu paraíso sin inteligencia artificial
con certeza y con razón explorarnos lo exquisito
matar el miedo y las dudas sobre el altar de todas las vírgenes
sumergirnos en el Jordán y renacer las ganas de querernos
bajar a los infiernos y elevarnos al espacio sideral
comernos el mundo de un bocado
ser luz en los senderos del silencio
en la rebelión de tu cuerpo indomable
luchando hasta el delirio sobre mi pecho enamorado

Ayer a la fuerza amordacé mis sentimientos
encarcelé al amor tras los hierros del silencio
torturé mis deseos condenados a la pena capital
a media noche paseé a la tristeza muy venida a menos
con soplidos montaraces borré la lluvia de mis ojos
Por un rato me quité la careta de valentía
grité como un recién nacido en brazos del vacío
volví a ver el índice de la dama de los huesos amantes
mi amigo el destino me atacó por la espalda
la velocidad de mi Lifan en la utopista me estrellaba en la frescura
He hallado nuevamente el camino al monte de La calavera
después de tanto errar pensé haberlo perdido
a la vuelta de la esquina el desamor izó su bandera
quise ignorar su color y su ascenso a media asta
motivé a mis pies descalzos burlar los cardos
Liberé mi corazón de la torre de Segismundo
olvidé el consejo de no sacarlo del cajón de mi pupitre
como un niño siguió en la noche los rayos de luna
presa del miedo luchó con monstros gigantes
olvidó su delicadeza su ternura su talón de Aquiles
Maldigo las espadas afiladas que parten mi cielo en dos
a mi amante soledad permanente silenciosa e inoportuna
al negro silencio de la noche y de la mañana del mañana
al sueño que muere convertido en el humo de la utopía
a la suerte que me hace perder la razón que nunca la encontrado
No quiero renunciar a usted señora luna
a su mirada que suele parir la alegría en mis ojos
a sus labios que pintaron mi corazón de rojo
a su risa de mar que baña mi mente con sus aguas entrañables
a su voz que canta mi blanco porvenir
Amigo destino reivindícate a mi costado
haz que el tiempo no me quite este amor
no quiero asesinar el perfume de la flor de mi otoño
tráeme su aliento hasta mi suspiro
y viva el cielo siempre enamorado

Perdón por ser avezado apasionado
por buscar la luna en tu pelo
confundir las estrellas en tus ojos
y olvidar de tomar mis pastillas para no soñar
Perdón por buscar tu voz en el canto del alba
por alterar mis nervios al tocar tu candor
robar mil besos a la rueda de la fortuna
y por querer excluir la nicotina de tu aliento
Perdón por juntar el verano con el invierno
por sorber el vino de las comisuras de tus labios
añorar el sabor de tus besos en el escondite de la noche
y por liberar mis sentidos en tu boca
Perdón por dejar fragmentos de mi inspiración en tu buzón
por tocar el cielo con mi Gif y mis emoticones
por cantar la canción del viento
y testificar mi idilio en defensa mía
Perdón por ser ilógico a la hora de los versos
por robarte el tiempo y gastarlo mirando tu imagen
probar tu maná públicamente como un hambriento
y correr como un desquiciado la vía a tu calor
Perdón por no matar los fantasmas del mal agüero
por hacer que el pez muera por su propia boca
robar un momento a la vida eterna para estar contigo
y darte mis embelesos al por mayor
Perdón por incendiar tus labios con mis besos
el frío de la noche es más frío sin ti
quiero sosegar en tu corazón salvaje y tierno
y que me condenen culpable de tu deshielo

JOSUÉ VALLEJOS VÁSQUEZ
Nació en Guadalupe, en 1977. Estudió Lengua y Literatura en el ISPE David Sánchez Infante (San Pedro de Lloc). Sus estudios de pedagogía los culminó en la Universidad Nacional de Cajamarca (UNC). Hizo un postgrado en Docencia Universitaria, otro en Administración y Gerencia Educativa (Universidad Nacional La Cantuta). Es magíster en Educación por la UNC.
Fundó el Grupo Literario Voces; y dirigió la revista literaria El Heraldo (Chepén). Perteneció al Grupo Literario Namul. Integra la Unión Hispanomundial de Escritores.
Ha publicado «El corcel de colores y el abuelo Baltazar» (cuento premiado por el INC filial Guadalupe), «Rastros» (cuentos), «Ficciones de un pajarillo» (cuentos), «A orillas del arrozal» (publicación colectiva de cuentos) y «El juego del destino» (novela), entre otros libros.

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