Escribe: Eduardo Zafra
Este domingo 4 de mayo se reportó el cruel asesinato de los 13 trabajadores mineros que fueron reportados como secuestrados en un socavón de Pataz. A pesar de que familiares denunciaron que se les estaba pidiendo una fuerte suma de dinero por el rescate de sus familiares, todo indicaría a que el asesinato de los mismos se produjo el mismo día del secuestro, es decir el sábado 26 de abril.
Imágenes y videos obtenidos por Conexión Norte muestran los últimos momentos de horror que vivieron las personas secuestradas, quienes fueron asesinadas cruelmente con un balazo en el cuello, después de haber sido torturados. Los 13 cadáveres encontrados fueron identificados como trabajadores de la empresa R&R, cuyo dueño es un minero artesanal que realiza trabajos formales y legales en la zona para la minera Poderosa, que también fue blanco de ataques en su contra por parte de mineros ilegales que buscan el control de la zona.
Familiares de una de las víctimas manifestó para los medios locales que la minera Poderosa habría contratado los servicios de R&R para desalojar a los mineros informales que se encontraban en la zona, motivo por el cual se habría producido el enfrentamiento entre ambos bandos. Los familiares además, han sindicado como responsables del secuestro y asesinato de las 13 personas a tres delincuentes que respondes a los alias de “Cuchillo”, “Gato” y “Técnico”.

La minera Poderosa emitió un comunicado lamentando lo ocurrido y confirmado el asesinato de los 13 secuestrados. Asimismo, manifestaron que el fallecimiento de estas personas se suma a una larga lista de 39 colaboradores asesinados, por lo que pidieron al gobierno que replantee su estrategia, pues pese al estado de emergencia en la zona el crimen sigue desatado.
”Suman ya 39 los colaboradores, mineros artesanales y sus trabajadores ultimados por las bandas criminales que han tomado el control de Pataz, hoy convertida en un territorio sin ley, en el que la violencia campea impunemente, segando vidas, sembrando el terror y sometiendo voluntades», se lee en el pronunciamiento de la minera.