Claudia Estefany Cabanillas Dávalos tenía 19 años y, definitivamente, un futuro prometedor. Sus amigos siempre la llamaban Mollie, y aseguran que se caracterizaba por ser muy alegre y de muy buenos sentimientos. Ayer por la noche caminaba por la avenida Los Colibríes, en el distrito de Trujillo, cuando fue interceptada por un par de delincuentes que se movilizaban a bordo de una moto y la atacaron para robarle el celular.
Crimen
Mollie, según versión de la Policía, se resistió al robo, y por eso uno de los criminales no dudó y le disparó en la cabeza. Luego escaparon, aparentemente, con dirección a la avenida Larco. El asesinato ocurrió a metros de la sede de Migraciones y de Registros Públicos (Sunarp). Tras la balacera, varios vecinos intentaron ayudar a la víctima.
En un video registrado en la escena del crimen, se ve a Mollie en el suelo, luchando por su vida. Tras varios minutos, fue llevada a una clínica local, donde, lamentablemente, el médico de turno solo confirmó su deceso. Cabanillas Dávalos se convirtió en la víctima 328 de la ola criminal que golpea a La Libertad.
Y la reunión…
Precisamente, ayer, minutos antes de este nuevo asesinato, los integrantes del Comité Regional de Seguridad Ciudadana (Coresec) que preside el gobernador regional de La Libertad, César Acuña, se reunieron para acordar nuevas acciones frente a los asesinatos perpetrados en la región. La delincuencia, de esta manera, se burla de las autoridades y, los acuerdos, casi siempre caen en saco roto.
Una ley que debe aplicarse
En marzo de este año, se realizaron modificaciones al Código Penal, mediante el Decreto Legislativo 1578. Se dispuso de 12 a 30 años de cárcel a las personas implicadas en el hurto de celulares. Asimismo, si el robo se comete como parte de una organización criminal o resulta en muerte o lesiones graves, la pena se convierte en cadena perpetua.