Escribe: Eduardo Zafra
El Gobierno Regional de La Libertad anunció una marcha por La Paz, la misma que se realizó en la tarde del jueves 30 de enero. El GORE convocó a través de redes sociales y entrevistas en algunos medios de comunicación a todos los ciudadanos trujillanos a acercarse a la plaza de Armas para “demostrar ser trujillanos de bien”. Sin embargo, el gobernador no imaginó que la tan anunciada marcha acabaría con un ataúd quemado al frente de las oficinas desde donde despacha como gobernador.
La convocatoria comenzó a las 4:30 de la tarde, según los flyers anunciados, los puntos de concentración serían: la plazuela El Recreo, el colegio Modelo y la plaza de Armas. Aunque no se reveló el recorrido planeado para dicha marcha, podemos asumir que por lo menos se tenía pensado dar una vuelta por la avenida España para desembocar hacia la plaza de Armas, donde finalmente se realizaría el mitin… oh, digamos, la ceremonia por la paz a cargo de Cesar Acuña.
Sin embargo, los protestas llegaron mucho antes que las autoridades, frustrando los planes del gobernador y obligándolo a acordar el recorrido a una vuelta por la plaza de Armas.
Durante la ceremonia, estuvieron presentes alcaldes de los diversos de La Libertad como El Porvenir, La Esperanza, Laredo, Huanchaco, Florencia de Mora, Moche y Ascope. Además, se hicieron presentes en la ceremonia personales como el prefecto regional y hasta el Monseñor Cabrejos quien realizó una oración por la paz.
«Color Esperanza» y protestas
Tras las palabras de las autoridades, el evento terminó con los ciudadanos soltando globos blancos al aire mientras de fondo sonaba “Color Esperanza” del cantante argentino Diego Torres. Una imagen algo contrastaste, pues mientras en un lado de la plaza, ciudadanos soltaban globos blanco al ritmo de la musico, por el otro un ataúd había sido adoptado como medida de protesta ante la ola de delincuencia que vive Trujillo.
Este hecho llamó mucho la atención y se llevó las cámaras de su lado. Fueron identificados varios seguidores del vacado alcalde de Trujillo, Arturo Fernández, entre los manifestantes que quemaron el ataúd.
Al terminar el evento, las autoridades regresaron a las oficinas del Gobierno Regional. Los manifestantes, por su parte, acudieron al frontis de las oficinas a continuar con la protesta y intensificarla prendiendo fuego al ataúd que habían llevado, inundando de humo y cenizas la plaza central hasta que la Policía, finalmente, decidió apagar él ataúd y llevárselo.
La Marcha por la Paz culminó con la vigilia de los manifestantes esperando la salida de el gobernador quien no salió hasta que las protestas culminaron y el humo quemado se dispersó y los protestantes, rendidos, se marcharon.