Escribe: Fernando Zárate
Durante los últimos días, diversas publicaciones a nivel mundial han tocado un tema preocupante: el adelanto en la edad de la primera menstruación en las niñas. La edad media de inicio de la pubertad ha descendido en el último siglo, y algunas niñas empiezan a desarrollar los pechos a los seis o siete años. Según los expertos, estos cambios en el calendario del desarrollo reproductivo podrían tener graves consecuencias para la salud física y psicológica de la población femenina.
La pubertad es un proceso fisiológico al que el ser humano se enfrenta al final de la infancia. Depende de la activación del eje hipotálamo-hipofisario-gonadal que permanece inhibido los primeros años de vida. Por mecanismos neuroendocrinos, hasta la fecha no bien conocidos, la pubertad se inicia con la aparición de caracteres sexuales secundarios como primeros signos clínicos de la maduración gonadal.
La pubertad precoz se define como la aparición de caracteres sexuales secundarios en la niña antes de los 8 años y en el niño antes de los 9. Actualmente se está produciendo un adelanto de la maduración puberal en todas las sociedades desarrolladas. Entre pubertad normal y pubertad precoz, se encuentra una población con riesgo intermedio que correspondería al concepto de pubertad adelantada.
Según los expertos, se trata de una cuestión multifactorial. Por un lado, los índices de obesidad infantil llevan aumentando desde los años setenta y algunos estudios han relacionado la obesidad con la pubertad precoz en las niñas. Esto se debe en parte a que la grasa corporal ya no se considera un tejido inerte, sino que ahora se sabe que actúa como un órgano endocrino, segregando diversas hormonas que pueden tener efectos en todo el cuerpo.
Además, el estrés, incluidas las adversidades en los primeros años de vida relacionadas con dificultades socioeconómicas o algún tipo de abuso, puede ser un factor que contribuya a ello. Un estudio publicado en 2023 en la revista Psychoneuroendocrinology relacionó los altos niveles de estrés en la primera infancia con un mayor riesgo de pubertad precoz en las niñas.
Las investigaciones han descubierto que las niñas que pasan por una pubertad precoz tienen altos niveles de depresión, estrés y ansiedad.
Otro estudio, publicado en el mismo año, de BMC Medicine, descubrió que la pubertad precoz en las niñas puede deberse en parte a la exposición a compuestos perfluorados, presentes en numerosos productos cotidianos, como repelentes de manchas, pinturas, ceras, pulimentos, productos electrónicos, envases de alimentos, etc.
Actualmente, se calcula que las niñas estadounidenses empiezan a menstruar hasta cuatro años antes que las de hace un siglo. En mayo, nuevos datos mostraron que, mientras que las niñas nacidas entre 1950 y 1969 solían empezar a menstruar a los 12,5 años, esta edad se redujo a una media de 11,9 años para la generación nacida a principios de la década de 2000.
La misma tendencia se ha observado en todo el mundo. Científicos surcoreanos han descrito con cierta alarma cómo el número de niñas que muestran signos de pubertad precoz -ya sea el desarrollo de los senos o la menstruación antes de los 8 años- se multiplicó por 16 entre 2008 y 2020.
A largo plazo, la pubertad precoz se asocia a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, así como a un mayor riesgo de obesidad durante la edad adulta. También se asocia a un mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial, diabetes de tipo 2, síndrome metabólico, anomalías del colesterol y enfermedades cardiovasculares, dicen los expertos.
Las investigaciones han descubierto que las niñas que pasan por una pubertad precoz tienen altos niveles de depresión, estrés y ansiedad, peor imagen corporal y más problemas de regulación emocional.
En Trujillo, el Dr. Félix Tejada, director de Homeomed, afirmó que este cambio es responsabilidad neta de los padres.
Varios estudios realizados en los últimos tres años han apuntado a otra causa más sorprendente: la contaminación atmosférica. En 2022, un estudio realizado por científicos de Polonia, país conocido por la mala calidad de su aire debido a la prevalencia de fábricas que queman carbón, examinó los datos de 1.257 mujeres y descubrió una relación entre una mayor exposición a los gases de nitrógeno y la aparición de la menstruación antes de los 11 años.
En Trujillo, el Dr. Félix Tejada, director de Homeomed, afirmó que este cambio es responsabilidad neta de los padres, por el tipo de alimentación que se brinda a los niños. Además, recalcó que el tema emocional en las niñas también se ve afectado. “Las mujeres siempre maduraban antes, pero las diferencias no eran tan distantes como ahora”, agregó.
El especialista señaló que las hormonas que se presentan en la leche de vaca, consumida desde temprana edad, especialmente por los niños, se relacionan con la aparición futura de cambios anormales en su desarrollo y por ende en problemas oncológicos (tumores) en el útero u ovarios de la mujer.
“En el desayuno debemos bajar el consumo de pan, buscar alternativas como la quinua o el ajonjolí. La leche no es la única fuente de calcio. Los países con mayor consumo de leche también presentan mayor descalcificación”, puntualizó el Dr. Tejada.
Puedes ver la entrevista que realizamos al Dr. Tejada en este enlace: