Escribe: Jorge Tume
No pocos sonríen al ver su colorido letrero: La Quinta Palabra. Son quienes conocen la alusión a esa frase que Jesús pronunciara en el Gólgota: «Tengo sed». Y, sí, en este templo de los licores se puede combatir dos tipos de sed: la verdadera y la sed de amistad.
Está ubicada en la cuadra 7 de la avenida Túpac Amaru, en el distrito de Trujillo. Su administradora y propietaria Cindy Calderón nos recibió con amabilidad, aunque estaba atareada cuidando de que la atención sea de calidad. Lo hace desde hace tres meses en que abrieron sus puertas con mucha ilusión.
Es poco tiempo, pero ya se nota el éxito. El día que la visitamos, varios periodistas celebraban, chilcanos en mano, la caída de un tal Arturo Fernández. Más allá, un grupo de tres damas y dos caballeros bebían unas cervezas frías celebrando un ascenso laboral. En unos mullidos sofás, dos diseñadores y un aprendiz de guitarrista, con pinta de bohemios, celebraban la amistad y la alegría de no tener horario de trabajo. Es decir, el acogedor lugar se ha convertido en uno de los emprendimientos más concurridos. En el point.
Un sueño de pareja
Su administradora nos cuenta que hace un año pensaban en una cafetería o en una licorería. Escogieron lo segundo a insistencia de su novio, un excelente catador de tragos fuertes. «Tengo buenos amigos bebedores», dijo él y fue razón suficiente para tomar la decisión definitiva.
«Emprender no fue una tarea fácil, pero asumimos el reto con mucha perseverancia», nos cuenta Cindy y sus ojos pronunciados se iluminan. Lo que era un sueño hoy es un bonito local que ofrece una interesante carta de deliciosos tragos preparados. Pero también whiskys, vinos, cervezas, piscos, rones, vodkas, cremas, entre otras delicias. Los clientes pueden beber en sus ambientes acogedores, frescos y decorados sobriamente; o comprar para llevar, de manera directa o por delivery.
Además, tienen ofertas y promociones para su distinguida clientela. Por ejemplo, los Happy Hour, con ofertas de 2×1 en chilcanos o sangrías; Jueves de chicas, donde todos los tragos cuestan 15 soles; Viernes chelero, con ofertas en las cervezas en balde; No me acuerdo, con 3×1 en copas de Margaritas. Y todo lo puedes acompañar con deliciosos tequeños, chifles norteños o canchita serrana.
«La idea inicial era tener una licorería solo para que las personas compren y lleven los tragos de su preferencia. Pero nos dimos cuenta que las instalaciones del local son amplias y seguras, así que decidimos atender a quienes quieran consumir aquí mismo», dice la propietaria antes de atender la llamada de un docente preuniversitario que solicitaba la reserva de una mesa, pues venía de Paiján con una sed sobrecogedora.
«Nos sentimos contentos por la buena aceptación. Nuestros clientes son personas tranquilas, que guardan ecuanimidad», dice emocionada Cindy. Es hora de preparar un pisco sour de maracuyá y amablemente nos despide. «Salud, Shoe», fue lo último que escuchamos antes de abordar nuestro vehículo.