La reciente propuesta del Ejecutivo para destinar un 4% del Impuesto General a las Ventas (IGV) a la creación de un fondo municipal ha generado una fuerte controversia, pues hay quienes cuestionan la capacidad de los gobiernos locales para manejar eficientemente mayores recursos. Francisco Huerta Benites, decano del Colegio de Economistas de La Libertad, advirtió que la medida, aunque positiva en apariencia, podría agravar problemas estructurales en la gestión pública local si no se acompaña de una reforma técnica y de capacitación.
Esta es la realidad
“El promedio de ejecución presupuestal de las municipalidades apenas alcanza el 60%, y ahora se pretende entregarles más recursos sin haberlas preparado ni capacitado. Eso solo generará mayores problemas, no solo en ejecución sino también en el manejo transparente de los fondos”, sostuvo Huerta.
La preocupación del especialista se fundamenta en cifras recientes que revelan la baja ejecución presupuestal de los municipios de La Libertad. Por ejemplo, la Municipalidad Provincial de Trujillo, con más de 67 millones de soles asignados, apenas ha ejecutado el 12% de su presupuesto, es decir, poco más de 8 millones.
Esta ineficiencia se repite en diversas jurisdicciones, lo que pone en duda su capacidad de absorber nuevos fondos sin generar más problemas. En Moche, el panorama no es distinto. De los más de 23 millones de soles destinados a obras, solo se ha utilizado el 14.2%, es decir, menos de medio millón de soles. La situación en Huanchaco también es preocupante: con más de 60 millones en presupuesto, su ejecución llega apenas al 22.4%.
Otros distritos presentan avances algo mejores, pero aún por debajo de lo esperado. Víctor Larco ha ejecutado el 32.5% de su presupuesto (8 millones de 24 asignados), mientras que La Esperanza alcanzó el 48%. La excepción en el escenario es Florencia de Mora, que con un presupuesto de 4.2 millones de soles, ha ejecutado el 83.2%, un caso que resalta por su eficiencia frente al promedio regional.
Los afectados
El análisis del economista Huerta y las cifras locales ponen sobre la mesa una realidad que debería invitar a la reflexión antes de aprobar una medida de este tipo. “Como siempre, es el pueblo el que paga. Parte de los impuestos recaudados se destinan al pago de intereses por decisiones mal planificadas. Estas medidas suenan bien, pero están mal pensadas y parecen más improvisadas que estructuradas”, añadió.
