Noam Chomsky, de 95 años, sufrió un accidente cerebrovascular hace un año. Y ayer que muchos anunciaban su muerte, su esposa salió a desmentir la noticia.
El centro de salud Beneficencia Portuguesa informó que el lingüista fue dado de alta este martes y seguirá su tratamiento médico en casa.
Millones de personas, en el mundo, ya lloraban la partida de este hombre de izquierda; pero, claro, muchos se alegraron con la noticia de fallecimiento. Entre estos últimos están aquellos fanáticos que suelen atacar a la persona y no al pensamiento.
La caída y el puño en alto
Valeria Wasserman, esposa de Chomsky, informó al diario Folha de S.Paulo que Chomsky tiene dificultades para hablar y que el lado derecho de su cuerpo está afectado.
Entre los datos que soltó, es que su esposo sigue las noticias y que, cuando ve imágenes de la guerra en Gaza, levanta el brazo izquierdo en un gesto de lamento y rabia.
Y sí, su palabra respecto al tema era muy requerida. El silencio del lingüista tras el ataque a Israel de octubre pasado, y la guerra, había alertado a sus seguidores y lectores. Pocos sabían de su mal estado de salud.
cuando ve imágenes de la guerra en Gaza, levanta el brazo izquierdo.
Un intelectual de izquierda
Chomsky, considerado por muchos como un símbolo de protesta e independencia, es un influyente activista y crítico que ha cuestionado con frecuencia la política de Estados Unidos en todo tipo de temas, desde Oriente Medio hasta Centroamérica, así como lo que él considera unos medios de comunicación complacientes. Millones de personas leen y debaten sus libros y ensayos.
Nacido el 7 de diciembre de 1928 en Filadelfia, Estados Unidos, Avram Noam Chomsky es un destacado intelectual conocido principalmente por su trabajo en la teoría de la gramática generativa en la década de los 50, revolucionando el estudio del lenguaje.
Su teoría, que sugiere que la capacidad de adquirir lenguaje está innatamente programada en el cerebro humano, un pensamiento fundamental para el desarrollo de la lingüística moderna.
Pero, Noam Chomsky no solo es un pionero en lingüística, también un activista político. Sus críticas al imperialismo estadounidense y su análisis del poder mediático en la sociedad le valieron tanto admiradores como detractores. En especial desde los años 70, en plena guerra de Vietnam.
Su libro “Manufacturing Consent” (Los guardianes de la libertad), coescrito con Edward S. Herman, un trabajo seminal en el estudio de los medios de comunicación, argumenta cómo estos funcionan para promover agendas empresariales y gubernamentales específicas.
