Por segundo año consecutivo, en Trujillo deciden que los libros estorban, pero los parlantes no. La gestión del alcalde Mario Reyna, militante de Alianza para el Progreso (APP), volvió a negarle a la Feria del Libro de La Libertad el uso de la Plaza de Armas como sede para su edición 2026. El mismo espacio que, curiosamente, sí estaría disponible para una fiesta popular con Armonía 10 y Son del Duke, una “brillante” idea municipal que ya genera críticas incluso dentro del propio Concejo.
¿Está loco?
Conexión Norte tuvo acceso al Oficio N.º 1916-2025, documento con el que se le cerró formalmente la puerta a la IV Feria Internacional del Libro de La Libertad. El texto lleva la firma de la arquitecta Nancy Pretell Díaz, gerente del Proyecto Especial de Recuperación del Patrimonio Monumental de Trujillo (PAMT), dependencia que, paradójicamente, guarda absoluto silencio frente al uso de la Plaza de Armas como escenario de conciertos masivos por el aniversario de la ciudad, promovidos directamente desde el despacho del alcalde.
¿La razón del veto cultural? Según el documento, la solicitud para la IV Feria del Libro tendría “las mismas características” que la presentada para la II Feria del Libro 2024, evento que —según la funcionaria— generó “serios problemas de congestionamiento” en jirones como Pizarro, Almagro y Bolívar. Al parecer, miles de ciudadanos caminando entre libros resultan más peligrosos para el orden urbano que una multitud saltando al ritmo de cumbia con equipos de sonido de alto voltaje en pleno centro histórico.
Pero el argumento no termina ahí. El oficio también cuestiona la supuesta “ausencia de actividades artísticas y espectáculos culturales complementarios” durante la feria. Una observación que deja abierta una duda: ¿desde cuándo la promoción de la lectura necesita competir con conciertos para ser considerada cultura válida? Tal vez, en la lógica municipal, un escritor presentando su libro no tiene el mismo peso cultural que un animador gritando desde un escenario.
Todo por el show
Con ese razonamiento, la Municipalidad Provincial de Trujillo volvió a “recomendar” que la feria se realice en la Plazuela El Recreo, un espacio que parece haberse convertido en el cómodo destierro oficial para todo lo que huela a libros, pensamiento crítico o debate ciudadano. Mientras tanto, la Plaza de Armas —símbolo histórico y cultural de la ciudad— ya tendría reservado su calendario para Armonía 10 de Walter Lozada y Son del Duke, artistas contratados para la celebración municipal.





