Dina Boluarte acaba de alcanzar un nuevo récord negativo con una aprobación de solo el 3% a nivel nacional. ¡Claro que no es ninguna novedad!
Según la última encuesta de Datum, este nivel de desaprobación es el más alto registrado para un jefe de Estado desde 1980. En tanto, Gustavo Adrianzén, premier del régimen, solo tiene una aprobación de 6%.
Recordemos que la encuesta de Datum publicada en junio de este año le daba una aprobación de 5% a Boluarte, a nivel nacional.
Números que duelen
La desaprobación ha ido aumentando: en agosto y septiembre era del 91%, en octubre subió al 92%, y en las últimas semanas ha aumentado dos puntos.
El rechazo a la dama del rostro reconstruido es uniforme en todos los sectores socioeconómicos. En el sector A/B la desaprobación es del 94%, en el C alcanza el 95%, en el D llega al 96%, y en el E es del 90%.
En Lima/Callao y el norte del país la desaprobación llega al 94%; en el centro y sur al 93%; y en el oriente al 90%.
Definitivamente, le está pasando factura su alianza nada santa con el fujimorismo, el acuñismo, el cerronismo y otros actores de derecha. Descontando las muertes por las protestas a su gobierno, el crimen organizado, los sonados casos de corrupción, etc.
La desaprobación ha ido aumentando: en agosto y septiembre era del 91%, en octubre subió al 92%, y en las últimas semanas ha aumentado dos puntos.
Hablan los chistosos
Demostrando que viven en un mundo paralelo, los altos funcionarios de Dina Boluarte creen que las cifras son irreales.
Gustavo Adrianzén, titular de la PCM, minimizó la encuesta de Datum. “¿Usted ha visto la fecha de aplicación de la encuesta? Fue antes de APEC”, respondió a una periodista.
En tanto, Morgan Quero, ministro de Educación, dijo que ciertos sectores, “muy enojados por haber perdido el poder”, mantienen un “acoso permanente” hacia el Gobierno. Aseguró que el Gobierno cuenta con sus propios indicadores sobre el nivel de aprobación de Boluarte Zegarra.
Suponemos que en dichos indicadores, Dina Boluarte es amada por la gran mayoría de peruanos. Solo queda reírse.