Escribe: Oswaldo Rivasplata
«En mi escritorio, (no hemos tomado) ninguna decisión de la parte deportiva, del cual soy respetuoso, además no me ha llegado ningún papel que establezca cuales son nuestras decisiones de renovación». La declaración de Fernando Cabada, gerente general del club Alianza Lima, resulta la información más veraz y oficial que se ha dado sobre un tema que hoy, sin mayor argumento que el ánimo de vender desde el morbo o la mentira, promueve mucha prensa formal e informal: el caso Hernán Barcos.
¿O la directiva aliancista ha anunciado oficialmente la renovación de algún futbolista o el cese de otro para la temporada 2026 que le oblique a hacer lo mismo con el “Pirata” o justifique tanto alboroto? ¿O acaso no es lo más sensato, dada la incertidumbre, esperar culmine el torneo -y su desenlace- para recién tomar determinaciones en cuanto a nuevos contratos o ceses? ¿O, de pronto, será que hay un claro propósito de generar conflictos internos o poner al club contra su propia hinchada?
Pues claro me queda: en tanto los hinchas amenazan a los dirigentes o acusan a otros jugadores para apoyar al argentino (profesional a carta cabal) y mucha prensa alimenta las especulaciones el gran perjudicado es un plantel que se desestabiliza a pocos días de iniciar una fase trascendental (cotejos de ida y vuelta contra Sporting Cristal) y cuyo resultado sí derivará, considero, en decidir la continuidad de Gorosito como DT, incluso.
Hasta la próxima.





